Los centros de atención a la adicción por sustancias psicoactivas (SPA)

Pablo Isaza Nieto

Las adicciones a sustancias psicoactivas (SPA) como la marihuana, la cocaína, el alcohol y la heroína son un grave problema de salud pública en todo el mundo. La morbilidad y la mortalidad por el abuso de drogas ilícitas van en aumento. Las adicciones son un trastorno mental, es decir una enfermedad y como tal deben ser tratadas. La Organización Mundial de la Salud, en una publicación denominada ‘Neurociencia del consumo y dependencia de sustancias psicoactivas’, afirma que la dependencia de sustancias tiene tanto de trastorno cerebral como cualquier otro trastorno neurológico o psiquiátrico. Según el informe, la dependencia de sustancias es multifactorial: está determinada por factores biológicos y genéticos, en los que los caracteres hereditarios pueden desempeñar un papel importante, y por factores psicosociales, culturales y ambientales.

Al ser una enfermedad se debe tratar como tal y en lo posible en centros especializados ya sean ambulatorios o de internación. Si una persona sufre de problemas de corazón asiste al cardiólogo o a un centro de cardiología. El enfermo por adicción acude a un centro especializado. La Dra. Catherine Le Galés-Camus, Subdirectora General de la OMS para Enfermedades no Transmisibles y Salud Mental, dice que “todavía no sabemos en qué medida la adicción es curable, dadas las alteraciones a largo plazo que causa el abuso de sustancias en el funcionamiento cerebral, pero sí sabemos que existen intervenciones capaces de lograr la recuperación de la dependencia”.

En muchos países existen los llamados Centros de Atención para Adictos, ya sean particulares o del Gobierno, estos últimos a cargo de las autoridades de salud. Tomando como ejemplo de tratamiento de una sustancia psicoactiva, la marihuana, los Centros de Atención diseñan programas especiales para esta sustancia. A los pacientes se les proporcionan medicamentos y consejería que facilitan el proceso de abandono de la adicción y la eliminación de síntomas de abstinencia.

En general, el tratamiento de la adicción tiene tanta eficacia como el tratamiento de otras enfermedades crónicas tales como la diabetes, la hipertensión y el asma. El tratamiento médico reduce el consumo de drogas entre un 40 y 60 por ciento, y disminuye notablemente la actividad delictiva durante y después del tratamiento. Como sucede con otras enfermedades crónicas para las que se han creado medicamentos, la drogadicción es una enfermedad que merece ser tratada con medicinas.

Los CAD, existiendo ya en muchos países y con experiencias positivas en Bogotá y Medellín, cuentan con personal calificado, médico psiquiatra, médico general, psicóloga, trabajadora social y auxiliar de enfermería. Pueden funcionar en el centro o puesto de salud. Allí los pacientes están debidamente registrados en términos de su domicilio, su familia, sus amistades y además sus hábitos. En otras palabras en un CAD solamente son atendidos pacientes de la localidad lo cual impide la demanda desordenada procedente de otras regiones.

Las adicciones son un trastorno de salud y como tal deben ser tratadas. Criminalizarlas es demostrar un nivel de atraso mayúsculo. No cabría en ninguna mente criminalizar la esquizofrenia o la epilepsia.

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