Los animales I

César Tulio Laserna Ruiz

Los animales y los seres humanos vamos por la vida unos al lado de los otros, alguna vez fueron ellos los que dominaban sobre la superficie de la tierra, en el mar y en el cielo. Nosotros éramos su alimento. Hoy somos nosotros los que dominamos en todos los lugares y muchos de ellos son nuestro alimento.

Los perros son los animales que la mayoría tenemos en nuestras casas como mascotas, son inteligentes, cariñosos, agradecidos y se puede decir de ellos que no les falta sino hablar. Con algo de disciplina, con repetición y con mucha paciencia se ha logrado comportamientos destacados.

Hablamos de los perros policías, esos que se juegan la vida ubicando explosivos, los que indican si alguna persona tiene droga alucinógena en su cuerpo y los que son capaces de encontrar personas después de un desastre. Los que jalan trineos en la nieve, actúan en las películas, participan en los concursos, acompañan a los ancianos y a los inválidos. Los perros tienen una forma de manifestar sus sentimientos, esto con su cola, orejas, colmillos, ladrando y con sus patas delanteras.

Los que tienen perros destacados por su inteligencia los cuidan y los premian. Los animales salvajes y los caballos que actúan en los circos merecen un comentario especial. Para lograr el objetivo los entrenadores deben tener mano fuerte y exigen que el animal repita muchas veces la rutina que quieren lograr que aquellos realicen.

Los animales salvajes en cantidad mínima pueden y deben ser entrenados para que los seres humanos disfrutemos de su presencia sin peligro. He ido a un circo cuantas veces he podido, especialmente recuerdo con mucha alegría el de los hermanos Gasca, destacando a Raúl entre ellos, para mi concepto uno de los seres humanos que está por encima de todos los demás y permito sostener que parece un ser de otro planeta. Lo que este señor hace con las fieras y con los caballos no tiene nombre. Desde luego que me agrada ver a los tigres y a los leones en plena libertad, así los prefiero.

Las filmaciones que hacen los estudiosos son muy importantes para la ciencia y el animal está libre en las sabanas, como debe de ser en general. Lo cual no quita que personas expertas, con mucha dedicación, como ocurre con Raúl Gasca, logren que un número muy pequeños de estos animales sean entrenados para tenerlos a la vista, haciendo rutinas que demuestran la inteligencia superior por parte del domador y del animal en comento.

Los que tiene que ver con estas fieras los cuidan al máximo y por eso no es cierto que estos sufren. No es lo mismo que los animales salvajes estén en zoológicos encerrados en una jaula, eso no es aceptables, claro que no, un animal dando vueltas en una jaula pequeña todo el día y toda la noche, eso no tiene sentido. Un grupo de animales salvajes viviendo en campos abiertos sí, donde están casi en su ambiente y de paso permitiendo que los disfrutemos. Utilizar animales para experimentos es fundamental para la vida del hombre, para el progreso de la ciencia, es algo de buen recibo, esto lo acaba de aprobar la H. Corte Constitucional, eso sí en cantidades limitadas, sin que se abuse de su condición y que tenga un control total por parte de la entidad del Estado correspondiente.

Esto se hace con ratones, conejos y con micos. La ciencia no puede dejar de experimentar y los primeros que tienen que ser sometidos a eso son estas especies. Es doloroso, pero reitero que es aceptable para lograr el progreso de la ciencia y eso si en manos de personal idóneo como ocurre con nuestro científico doctor Manuel Elkin Patarroyo.

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