De los parques

Aunque es deseable que los parques reciban el cuidado de los vecinos, el Estado (o sea el municipio) debe concurrir en su mantenimiento y, sobre todo, en su seguridad.

En buena hora unieron esfuerzos la Alcaldía y EL NUEVO DÍA para promover que los vecinos se adueñen y sientan como suyos a los parques de la ciudad. El concurso Salvemos al Parque busca que los ciudadanos vivan y gocen en los espacios que la urbanización de la ciudad ha dejado a lo largo de los años. Y para que la lúdica sea posible, se necesita que sean recuperados los escenarios en general, que haya aseo y que haya seguridad.

Se inscribieron 37 parques, lo que lleva a varias preguntas obvias: ¿cuántos parques hay en Ibagué? ¿Qué área tienen ellos y cuál es la superficie de la zona urbana de Ibagué? Esos 37 parques, ¿qué superficie cubren? Uno pensaría que la cantidad de plazas y de parques es mucho mayor. Dada la normativa, los urbanizadores han dejado espacios verdes en cada uno de sus proyectos. Y de un tiempo para acá, en muchos casos los constructores tienen que pagar un impuesto (tarifa compensatoria, la llaman con eufemismo) para que sea el Municipio el que construya parques grandes. Aquí surge otra pregunta: ¿cuántos parques y de qué tamaño se han construido con esos recursos en Ibagué? Fuera bueno conocer la lista.

Aunque es deseable que los parques reciban el cuidado de los vecinos, el Estado (o sea el municipio) debe concurrir en su mantenimiento y, sobre todo, en su seguridad. Existen varios escenarios que por su naturaleza no pueden ser dejados en manos de los vecinos para su conservación ni de la mano de los dioses del Olimpo para su cuidado y seguridad. Y probablemente no es deseable que sean entregados en concesión a particulares para que lo que es público por naturaleza se vuelva objeto de explotación económica, que lleva a la exclusión de su goce por quienes no paguen.

El mantenimiento de plazas con fuentes luminosas, con esculturas u otro mobiliario no puede ser dejado de lado por el Municipio. Causa horror leer en la edición del domingo 5 de agosto lo que dice sobre el Parque de la Música el secretario Administrativo de la Alcaldía, José Arlén Márquez, quien dijo que el servicio de vigilancia se reprogramó, porque el municipio tenía otras prioridades. ¿Sabe este señor que Ibagué es la Ciudad Musical de Colombia? Claro que el municipio no puede poner un celador en cada parque. Pero es que este no es cualquier parque. ¡Es el de la Música!

El Secretario se queja porque “el personal de vigilancia para el parque estaba costando cinco millones de pesos mensuales”. Esta es una cifra modestísima, si se la mira como que el parque es destino turístico de primer orden y que tiene unas esculturas que ya han tratado de robarse. Si no fuera porque fui su profesor, diría que Márquez no pisó una universidad.

Credito
Julio A. Londoño B.

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