De glorietas y doble calzada

Varios accidentes se han presentado en las glorietas que construyó la concesión San Rafael en la vía Flandes-Ibagué y su ramal norte. Muchos accidentes, como para echarle la culpa al descuido de los conductores afectados. Muy frecuentes accidentes, que hacen sospechar que el diseño de tales mezcladores de tráfico esté deficientemente concebido.

Varios accidentes se han presentado en las glorietas que construyó la concesión San Rafael en la vía Flandes-Ibagué y su ramal norte. Muchos accidentes, como para echarle la culpa al descuido de los conductores afectados. Muy frecuentes accidentes, que hacen sospechar que el diseño de tales mezcladores de tráfico esté deficientemente concebido.

Nadie duda de que la doble calzada se diseñó y construyó con especificaciones muy buenas y que, en todo, cumple con las normas vigentes y oficiales de diseño geométrico de vías en Colombia. Al recorrerla en donde está construida y en servicio, encuentra el conductor que las curvas son amplias y que se puede transitar a una velocidad razonablemente alta. Pero también se encuentra, el chofer, con unas glorietas que parecen puestas sobre la carretera sin que encajen mucho en la vía rápida.

Si todas las glorietas, menos una, se construyeron en zona rural, uno no entiende la razón por la que fueron “michicatos” en la compra de áreas más grandes, que permitieran que las curvas de aproximación a la glorieta tuvieran radios tan amplios como los que tiene el resto de la vía. Claro que hay consideraciones de operación del “romboy”, barbarismo con que lo llama el lenguaje popular en una desfiguración del inglés, round point. Dentro del round point, la velocidad ha de ser menor, mientras los autos entran y cambian de carriles, para mezclarse con los otros vehículos y encontrar la salida a su vía de destino. Pero el cambio abrupto de alineación de la vía no parece ser el método más seguro para lograr que los automotores moderen su velocidad para ingresar a la glorieta y, en cambio, produce accidentes frecuentes como nos lo demuestra la experiencia en el Tolima. No podemos pensar que los choferes se volvieron brutos con la inauguración de la doble calzada.

Lo más probable es que haya que cambiar el alineamiento horizontal de la vía en las glorietas y, simultáneamente, llenar esas vías de aproximación con todo tipo de señales que hagan que el conductor distraído se percate de su proximidad y desacelere en consecuencia. El chofer viene manejando por una carretera excelente y no espera que las condiciones le cambien de manera abrupta. ¡Hay que informárselo! Desde suficiente distancia para que reaccione, primero, y para que alcance a frenar con suavidad, después.

Si se ponen varios grupos de estoperoles o algún equivalente (diferente al policía acostado) desde una distancia razonable, y se ponen suficientes señales verticales y horizontales ANTES de la glorieta, y que sean visibles desde ambos carriles en la calzada de aproximación, seguramente disminuirá la tasa de accidentes. Hay que exceder, y por mucho, los mínimos establecidos en los manuales de señalización oficiales de nuestro país. ¡No más muertos ni accidentes evitables en nuestras glorietas!

Otra cosa: Qué bueno que decidieron tapar los huecos de la intersección de la calle 11 con carrera 4. Ojalé que el arreglo dure…

Credito
JULIO A. LONDOÑO B.

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