Y eso se logra con acciones de planeación que lleven a que todas las nuevas construcciones se adecúen a esa política y a que las remodelaciones se adecúen también a la persona y no al vehículo motorizado. No podemos seguir viendo en ciertos edificios “rampas para minusválidos” con pendientes de 45° y por donde no se atreve a circular ni el más osado muchacho en monopatín. Ni viviendas que ocupan el andén para construir escaleras al segundo piso sobre la vía pública. De ahí mi queja en el sentido de que en Ibagué faltan muchos andenes y que hay que arreglar la mayoría de los que están mal construidos. Andenes súper-angostos o inexistentes, andenes con muros atravesados entre casa y casa que obligan a bajarse a la calzada vehicular, y así, ad infinitum.

Pero, por otro lado, tampoco tenemos vías suficientes y amplias para las motos y automotores. El Sistema Estratégico de Transporte, si alguna vez se implementa, deberá asignar vías de uso exclusivo para el transporte urbano, público y masivo, a lo largo de los corredores de mayor demanda. Lo que significará una disminución de las vías para los demás vehículos. Entonces, es obligación del gobierno municipal que se comiencen a planear, desde ya, las grandes avenidas y bulevares, con amplias zonas peatonales y con ciclo vías, que tendrán que ser construidas por los próximos ocupantes de la silla de Juan Bretón.

No puede ser que la planeación de la ciudad se mueva con los ventarrones de la época electoral cuando cada candidato a alcalde se compromete con unas obritas sacadas del cubilete en el momento, mientras el municipio no cuenta con un banco de proyectos urbanos, debidamente diseñados y listos para construir. Lo que debería ocurrir, es que la administración del municipio identifique todos los proyectos viales necesarios y los diseñe y los publicite. Y que cada partido político establezca las prioridades para la ejecución de esos proyectos y sus candidatos se comprometan con la construcción de los prioritarios. Los votantes decidirán cual modelo de prioridades se seguirá, al elegir al alcalde.

Hemos oído, por años y años, que se habla de la carrera trece, de la calle 100 (que ahora es como 102 o 103) desde La Gaviota hasta la vía a Rovira, y de otras muchas. Diseño, por favor. Y hay otras inconclusas como la Avenida Ambalá que no se ha completado y ya necesita ampliación, o la calle 19 a la que se refirió el editorialista de EL NUEVO DÍA, ayer. Completarlas es urgente.

Otra cosa: A los lectores, ¡Feliz Navidad!