La Calle: Paseos peatonales

En Ibagué, bien o mal, se han adecuado calles para el tránsito peatonal. Viene a la memoria una cuadra de la calle 14 y su comunicación con la Plazoleta de Santa Librada que hoy está en mal estado e invadida por ventas callejeras.

También se puede recordar la carrera tercera, peatonalizada con el uso de ingentes cantidades de concreto y apodada por algunos como “el tontódomo”. Recientemente se mejoraron los andenes de la tercera, de la 15 hacia abajo y también lucen invadidos por vendedores ambulantes que son más bien estacionarios.

Se realizó la adecuación de la calle diez, obra controvertida por su ejecución pero elogiada por su concepción. Esta calle, con andenes anchos y adornados de obras de arte, debería cubrir desde el Parque de La Música hasta el Panóptico que alguna vez habrá de terminarse como sitio cultural principal del centro de Ibagué. A lo mejor, la conexión del Parque de La Música con el parque “Plaza de Bolívar”, deba completarse por la calle novena, dada la importancia del Conservatorio. Pero sí es necesario que se arreglen los andenes con un material uniforme. Lo mismo se puede decir de la calle diez desde el Parque centenario hasta el Panóptico.

Este eje cultural y peatonal, debe hacerse más grande mediante el arreglo ¿y ampliación? de los andenes de la carrera séptima desde el Museo de Arte del Tolima hasta la calle diez. Son cuatro cuadras con andenes llenos de obstáculos para el peatón, relativamente oscuros en la noche y que bien podrían convertirse, estas cuatro cuadras más la calle diez, en sitio de paseo diurno y nocturno, si es que se acompaña al sitio con una vigilancia adecuada y permanente.


Ya que estamos hablando de estas cosas, también sería bueno impulsar la idea de utilizar la calle once para el mismo efecto, de facilitar el paseo peatonal, entre la gobernación y el panóptico. Ya está la plaza “Parque Murillo Toro”. Bastaría adecuar andenes desde la cuarta hasta la octava. Esto tendría dos efectos. Por un lado, se conformaría un anillo peatonal por las calles diez y once, desde la tercera a la octava, con ramificaciones culturales al Conservatorio y al Museo de Arte del Tolima y una rama comercial por la carrera tercera. Y, por otro lado, se daría vida y uso al pedazo de Parque Centenario que llega hasta la once y también a ese lote oficial que como cancha de fútbol queda entre once y doce y que algún día será, también, parque.


Otra cosa. Han corregido algunos huecos en las calles con material suelto y aparentemente reciclado. Buena acción provisional si no hay recursos para el arreglo definitivo. Ojalá lo sigan haciendo, como propósito diario, porque, aunque no es el remedio que cura, sí es la curita que protege y permite continuar mientras llega la sutura definitiva.

Credito
JULIO A. LONDOÑO B.

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