De la doble calzada Bogotá - Girardot II

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Decíamos hace ocho días que -por fin- se terminó “formalmente” la construcción de la doble calzada Bogotá - Girardot. Hay que empezar por decir que esa construcción no fue desde Bogotá, sino desde lo que llaman la Ye del Salto, junto a la represa del Muña. Y que los ahorros de tiempo de viaje son nugatorios dada la completa incertidumbre de la duración del paso por Soacha. En algún momento, si no afanan la ALO, tendrán que construir una avenida de segundo piso por encima de la Autopista del Sur.

Nada nos ganamos, los colombianos, con que se construyan dobles calzadas que no se usan, pese al enorme tráfico en las mismas. No recuerdo con precisión el momento del año pasado en que pusieron a funcionar la calzada de bajada desde Canecas hasta Boquerón, pero sí sé que desde hace ocho años hicieron la mayor parte de los movimientos de tierra aunque parece que no había y que no hay afán de que ese tramo funcione. Lo que si recuerdo bien es que el 9 de enero de este año, un accidente de buseta con muertos llevó al cierre de ese tramo. Y así ha permanecido, con un breve lapso entre el 5 y el 8 de abril. Ahora, hasta hace ocho días seguía cerrado y no sé si continúe así. Si “Estamos trabajando rápidamente para pulir detalles en seguridad vial…” como lo escribió la Ministra, empleen una debida señalización que haga lento y seguro el tráfico en la zona, pero que no lo impida.

Y hablando de tramos sin uso, ¿cómo se explica el cierre de un carril, de manera permanente, al frente de la báscula camionera de Chusacá y también en la de antes del túnel, lo mismo que frente a una estación de policía un poco más acá de Piscilago? ¡Viera usted, Ministra, los trancones artificiales que allí se forman, sobre todo cerca del túnel! Va uno por una calzada de dos carriles y, de pronto, se encuentra con que la vía se estrecha a un solo carril, de manera harto peligrosa. Y si hablamos de peligros, hay algunos pasos ad hoc, elaborados por los usuarios irrespetuosos de los retornos oficiales, en que se permite el paso de motos, vehículos y maquinaria agrícola por el separador de las calzadas. Por supuesto, no creo que el concesionario tenga la culpa, pero sí debe, él, tapar esos portillos, como dicen los finqueros.

El estado de la carpeta asfáltica es desastroso en muchos sitios. Tendrá que exigirse que la concesión rehaga con la velocidad del trueno el estropicio causado por el alto tráfico y el mantenimiento deficiente. Se entiende que los recursos se asignaron con prioridad a la construcción. Pero es que llevamos 10 años pagando peajes caros sin justificación. Esperamos poder usar una carretera decente para ir del Tolima a Bogotá.

Credito
JULIO A. LONDOÑO B.

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