La nueva Ley de Regalías y el Tolima

Con oposición por parte de los departamentos productores de recursos naturales no renovables, es decir los que recibían bajo la normatividad anterior, recursos de regalías, fue aprobado hace unos meses,

el Acto Legislativo que modificó los artículos 360 y 361 de la Constitucional Política, atinentes al régimen de regalías y compensaciones.

El gran cambio, radica en que con los criterios de equidad, ahorro, competitividad y buen gobierno, a futuro, es decir desde el año 2012, la bolsa de recursos que antes sólo se repartía entre los departamentos mineros y petroleros, será distribuida entre toda las regiones que componen la nación, eso sí, después de asegurar a nivel central hasta un 30 por ciento para un gran fondo de ahorro y estabilización, que no pretende cosa distinta a como lo han expresado en términos coloquiales los representantes del Gobierno Nacional, “guardar en épocas de vacas gordas, para las épocas de vacas flacas”.

El resto del dinero, a excepción de un 20 por ciento del mismo que se respetará a las zonas explotadoras de recursos no renovables, se compartirá entre varios Fondos: el de ahorro pensional territorial, el de Ciencia, Tecnología e Innovación, el de Compensación Regional y el de Desarrollo Regional.

El Tolima, departamento productor recibía regalías directas y otras partidas provenientes del Fondo Nacional de Regalías, que era hasta este año, un fondo constituido con los remanentes de los recursos no asignados directamente.

Esa circunstancia, fijó la posición del Gobernador Óscar Barreto que se opuso vehementemente a la reforma, toda vez que consideraba y lo sigue haciendo, que nuestro departamento con estos cambios se ve lesionado, por cuanto el monto que se proyecta recibir a futuro es inferior al acostumbrado. Esto, a pesar de que el Ministerio de Hacienda y el Departamento Nacional de Planeación, artífices de las modificaciones aseguren lo contrario.

No obstante las voces contrarias, el proyecto pasó y las normas cambiaron. Ya no nos podemos quedar esperando el giro de unos recursos seguros. Ahora todos, agrupados por Regiones y con criterios definidos y fuertes alianzas público privadas, debemos en unión con los departamentos con quienes tengamos proyectos de interés común, presentar propuestas sólidas para entrar a un concurso en el que habrá muchos pedidos.

Lo bueno de esto, es que se priorizarán las iniciativas y se llevarán hasta la madurez que nos permitirá hacerlas realidad. En esas tareas siempre hemos sido muy flojos. Como dice una amiga de la ADT, “el Tolima tiene muchas iniciativas, pero pocas terminativas”

Lo malo, haciendo eco de la posición del Gobernador, es que se nos llevan lo que es nuestro, para luego devolvérnoslo (posiblemente no completo), después de muchos esfuerzos.

Pero como ya las cosas están en esos términos, lo que nos queda es trabajar por la recuperación de los recursos, mediante el acceso a los Fondos que van a financiar el desarrollo regional.

No podemos cruzarnos de brazos y esperar a que Huila, Caquetá y Putumayo, nuestros compañeros en la región que se inventó el Ministerio, hagan mayor presencia oficial y logren el impulso de sus proyectos a costa de los nuestros.

(*) Directora Ejecutiva ADT

Credito
MARCELA MEÑACA SABOGAL (*)

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