Angelino no hizo caso o, como decía Hebert Castro 'el coloso del humorismo', se pasó la advertencia por la faja y siguió hablando sin parar. ¿Resultado? El Presidente, dándoselas de regañón, salió a mandar a todo el mundo para "el lugar adecuado".

Lo único que faltó fue que el parlanchín Vicepresidente dijera que no sabía cómo es que se manejan los hilos del poder lo cual, de haber ocurrido, sólo habría servido para ratificar que los Garzón son así: Olvidadizos, sobre todo cuando les conviene.

Porque Angelino no puede negar que, valido de su ropaje sindicalista, siempre ha estado al lado de los poderosos. Por eso fue Ministro del Trabajo de Pastrana Arango, Gobernador del Valle del Cauca, y representante diplomático de Uribe Vélez en Ginebra, antes de prenderle una vela al más reciente "Santos" de su devoción del que, además, fue compañero de labores, tanto en el gobierno de los diálogos de San Vicente del Caguán, como en el gobierno de los diálogos de Santa Fe de Ralito.

De manera que, según puede verse, él sí ha sabido exactamente por dónde va el agua al molino y tenía claro con quién se estaba aliando al conformar aquella llave que, holgadamente, obtuvo el triunfo en las pasadas elecciones presidenciales.

Cuando el Primer Mandatario ha dicho que no es sano que miembros del Gobierno salgan a debatir sus divergencias en público porque eso "confunde a la gente", tiene razón, pero no en el sentido en que lo quiere hacer creer, porque la confusión se presenta es cuando se desvía la atención de la ciudadanía para ponerla a pensar que esa pelea es en serio y, mientras tanto, bajarle perfil a temas mucho más importantes que unas cifras estadísticas acomodables según la metodología utilizada.

Por consiguiente, esto no fue más que otra de las consabidas "cortinas de humo" en cuyo manejo eran tan expertos los miembros del pasado gobierno. A propósito, ¿en que paró el enfrentamiento entre Uribe y Santos? Se olvidó a tal punto, que acaban de nombrar Ministro del Medio Ambiente a un exfuncionario del gobierno uribista.

¿No es una rara coincidencia que el supuesto altercado entre el Vice y Planeación lo hayan magnificado justamente cuando en el país se debaten cosas de verdad trascendentales para el pueblo raso, como el intento de reformar la Ley 30 que ha puesto en estado de máxima alerta a todas las universidades públicas, o el anuncio de la nueva reforma pensional que pretende convertir esa esperanza que tienen muchos colombianos de un día jubilarse, en una utopía?

En desarrollo de esta representación teatral, que ya concluyó, el Presidente le recordó públicamente a Angelino que "la ropa sucia se lava en casa". Si hubiera sido cierto que el Vicepresidente estaba dispuesto a defender "como gato patas arriba" su derecho a disentir, habría podido empezar por replicarle que, en lugar de preocuparse tanto por limpiar prendas de vestir, se dedicara a lavar las cortinas porque, esas que viene utilizando, cada día se ven más sucias.