Trapos azules

Por contradictorio que parezca, puede decirse que la pelea interna de los conservadores se puso al rojo vivo. Hasta ahora, el punto más alto de la disputa se dio cuando, como se dice coloquialmente,

el expresidente Pastrana y el presidente del Directorio Nacional Conservador "se agarraron de las mechas". Claro que en este caso lo del tirón de cabellos es apenas un decir, porque al doctor José Darío Salazar el único pelo que le queda es el de su fino reloj de pulsera.

Las mutuas "vaciadas" han sido monumentales: Andrés acusó a José Darío de cambiar las azules banderas del partido por unas pálidas y empolvadas sábanas de motel. Salazar respondió que él no sabe nada de esos antros para lujuriosos, porque en su natal y religiosa Popayán se respira un aire tan monástico, que la única sábana objeto de veneración es la Sábana Santa.

Pero resulta que cuando Pastrana hizo esa afirmación estaba en lo cierto pues, según el portal Kienyke, la Dirección Nacional de Estupefacientes entregó en administración a un primo del Senador, en agosto de 2009, el motel residencias Las Pirámides de la ciudad de Cali.

Por esas maniobras tan inelegantes, la Asociación Payanesa de Cargueros de Andas, Asopacata, de la que el devoto congresista es miembro honorario, estuvo a punto de expusarlo. Pero él logró evitarlo, alegando que no es responsable de lo que hagan sus parientes. Y hasta razón tenía. Lo que ocurrió fue que, por su ferviente catolicismo y para aplicar al pie de la letra ese sabio precepto bíblico que reza: "Que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha", mientras en la mano izquierda sostenía una camándula, con la derecha llamaba por teléfono a la DNE a pedir bienes decomisados para sus familiares.

Para ratificar la veleidad de este dirigente azulejo, cabe recordar que él fue quien, como acólito de su copartidario el "cura" Ordóñez, lideró en el Congreso la presentación del archivado proyecto de ley que pretendía tumbar la legalización del aborto en los tres casos conocidos, y ha anunciado su intención de insistir en el mismo, por medio de un referendo.

El rifirrafe entre los dos personajes continuó cuando el parlamentario, a su turno, acusó al expresidente de haber enlodado las banderas conservadoras con sus "Caguanadas". Lo curioso es que, cuando Uribe hizo algo muy parecido con su "Ralito", José Darío y compañía guardaron absoluto silencio, tal vez, porque con la boca llena de puestos era muy difícil criticar.     

Para consuelo de nuestros compatriotas godos, ejemplos de inconstancia abundan por doquier. Ahí está lo que pretendía hacer Santos en el controvertido caso de la construcción de un hotel siete estrellas en el Parque Tayrona: Por un lado, anunciaba que la viabilidad del proyecto necesitaba el visto bueno de los Mamos del territorio y, por el otro, de no haber sido porque le recordaron que algunos Santos de su muy cercana devoción tenían velas en ese entierro, con seguridad lo iba a autorizar para decirle a la comunidad Kogui: "Mamo...la".

Credito
EDGAR ANÍBAL MOLANO LOZANO

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