Las cartillas de la discordia

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Nunca antes en nuestro país, unas cartillas habían despertado tanta discordia y confrontación como la que vivimos por estos días, cuando el pasado fin de semana se abrió espacio en redes sociales la circulación de unas imágenes que mostraban unas supuestas cartillas con un alto contenido sexual que serían difundidas desde el Ministerio de Educación Nacional y que serían de obligatorio cumplimiento

Aunque la Ministra negó categóricamente la difusión de esas cartillas que circulaban por las redes sociales, - afortunadamente no eran esas - sí se pudo demostrar que la Dra. Parody firmó un convenio con fondos de Naciones Unidas para la infancia y Colombia Diversa, con el fin de hacer una implementación de cartillas que modificarían los manuales de convivencia de las instituciones educativas en el país con la intención de imponer la ideología de género en niños y jóvenes; de inmediato, las reacciones no se hicieron esperar, tanto así, que el miércoles anterior se realizaron marchas en varias ciudades del país como protesta a la política emanada del ministerio. ¡Y con justa razón!, en los colegios se deben rescatar los principios y valores que determinan los comportamientos de los niños ante la sociedad, que reflejan desde luego, la educación que se promueve desde sus hogares.

Basta con enseñarles a los estudiantes a valorar e identificar su cuerpo como resultado de un proceso netamente natural, que a la postre les permitirá escoger su preferencia sexual producto de una decisión libre y madura. No es necesario someter a los niños a una carga que no tienen por qué soportar. Respeto, es lo que debemos promover en los hogares y colegios, respeto a la diversidad, a pensar y actuar diferente, respeto por la sociedad, por el miedo ambiente, entender que la libertad de uno empieza hasta cuando termina la del otro. Cuando los niños, pero sobre todo los adultos aprendamos a respetar, no habrá más casos de discriminación, bullying o matoneo en los colegios ni habrá más violencia en las calles.

Respetar implica también hacerle frente a la intolerancia que pulula en cada uno de nosotros, creer que la política de género que pretende implementar el Ministerio es errada, no nos hace homofóbicos, y quienes piensen a favor, así no lo sean, nos los hace homosexuales. Esta discusión nos muestra lo acostumbrados que estamos a la hora de criticar y lo poco que sabemos a la hora de dialogar o discernir. De nada valdrá la familia, ni los colegios si cada uno de nosotros no respeta y no es tolerante, de esta forma ¿cómo les enseñaremos a nuestros hijos algo que no somos?

Expresidenta Academia

de Historia del Tolima

Credito
EL NUEVO DÍA

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