¡Sí!

José Adrián Monroy

El próximo domingo (2 de octubre), los colombianos tenemos en nuestras manos una de las decisiones más trascendentales de la historia democrática del país. A través del plebiscito por la paz, convocado por el Gobierno nacional mediante el decreto 1391 de 2016 y declarado exequible por la Corte Constitucional mediante sentencia C-379 del 18 de julio de 2016, tendremos la posibilidad de refrendar los acuerdos de paz suscritos con la guerrilla de las Farc respondiendo a la siguiente pregunta: “¿Apoya usted el acuerdo final para terminar el conflicto y construir una paz estable y duradera?”.

Después de dos meses de “debate”, se evidenció la falta de cultura electoral que existe en el ambiente político, llevando un tema de vital importancia para el desarrollo de nuestra nación a la más baja y cruenta guerra de falacias, chismes, especulaciones, argucias y ofensas entre los que están a favor y en contra de los acuerdos, propio de la clase politiquera, que en medio de la desinformación reina en nuestras regiones; llegó la hora de tomar partido ante lo que se nos convoca, la abstención no puede tener cabida, porque en juego está el futuro de cada una de las personas que habitamos este territorio y depende de nosotros mismos encausar nuestro destino.

Es precisamente por eso, por lo que significan estos acuerdos de paz y su implementación, votaré Sí, un sí bajo el argumento más importante de todos y es que por encima de cualquier interés político y económico está el derecho a la vida, nuestro derecho a vivir es inviolable, es un derecho constitucional de primera generación que sin su garantía no es posible la justicia y la reparación.

Si nos seguimos matando los unos a los otros no hay acuerdo que valga. Según el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), desde julio del año 2015 a junio de 2016 con el cese bilateral que escalonadamente han hecho el Gobierno y las Farc, han logrado que mil 200 colombianos dejen de morir. De acuerdo con las investigaciones y resultados estadísticos este estudio demuestra la cantidad de población civil, miembros de la Fuerza Pública y guerrilleros que gracias a los diálogos de paz se han mantenido con vida.

El pasado lunes, cuando se realizó la firma del acuerdo entre el Presidente de la República en representación del Estado colombiano y Rodrigo Londoño ‘Timoleón Jiménez’ sentí que la reconciliación es posible, cuando ‘Timochenko’, en nombre de las Farc pidió perdón por todo el dolor causado, el corazón se me hinchó de alegría y orgullo patrio, entendí que La Paz se alcanza si nos despojamos de toda de esa cantidad de prejuicios que alimentamos día a día y que envenenan el alma, La Paz no tiene ideología, mucho menos color político, estar en paz consigo mismo permitirá que nuestro país algún día la tenga y estoy convencido, que dándole la oportunidad al Sí, el domingo daremos un paso más para encontrarla.

Comentarios