Que no se nos dañe el mejor vividero del mundo

José Adrián Monroy

Alguna vez mi papá me dijo: “uno no solamente es de donde nace, se es también, de donde se crece lucha y sueña”, y es Ibagué, el lugar en el que muchos tolimenses de diferentes municipios han crecido, luchado y soñado; obviamente, esto genera un apego especial por la tierra en la que desarrollamos nuestras vidas, no en vano, Ibagué, como decimos muchos, es el mejor vividero del mundo.

Es por ello que, lo sucedido el pasado martes, en horas de la mañana, tiene consternada a toda la ciudadanía. Un par de sicarios, cercano a las 9 de la mañana, en frente de la Iglesia de El Carmen, en la carrera Quinta con calle 19, asesinaron a los esposos Carlos Eduardo Castro y Luz Alejandra Fiquitiva de 8 disparos, poniendo en luto a su familia, a sus siete hijos y a toda la ciudad por lo violenta y cruel que fue su muerte. Hace unos días, también bajo la misma modalidad sicarial, mataron a un dragoneante del Inpec a las afueras del centro penitenciario en Picaleña, además, un hecho similar ocurrió en el mes de julio del año anterior, cuando en la icónica plaza de Bolívar se registró un cruce de disparos fruto de una atentado a un comerciante, esa vez, resultó un delincuente muerto.

Es hasta chistoso, escuchar a las autoridades municipales asegurando que estos hechos no deben alarmar a los ciudadanos y creo que están absolutamente equivocados, porque eso indica que los maleantes se atreven a realizar osadas acciones delincuenciales en la ciudad porque conocen de antemano la pasividad con la que en Ibagué se manejan los temas de orden público y de seguridad, que sumado a los fleteos, hurtos a los establecimientos de comercio, asaltos a mano armada, entre otros, afectan y perturban la tranquilidad de nuestras calles.

Desde luego, pretender que la Fuerza Pública tenga el poder de adivinar o descubrir intuitivamente un delito antes de que suceda es ilógico, pero lo que sí se le puede exigir a la Policía nacional y al Alcalde de Ibagué como máxima autoridad de Policía, es que a través de la Secretaría de Gobierno municipal, se diseñen estrategias para que la lucha contra el crimen que azota a la ciudad sea mucho más certera y eficaz. Debe haber mayor control y presencia de las autoridades en las calles, para así evitar que esos pocos que alteran la calma y la seguridad de Ibagué lo piensen dos veces antes de hacer sus fechorías. No permitamos que se nos dañe nuestro vividero, el mejor del mundo.

Comentarios