Unidos somos más

José Adrián Monroy

“El fútbol es la cosa más importante de las menos importantes”, esta frase, dicha por el argentino Jorge Valdano (exjugador y técnico de fútbol), refleja los sentimientos que despierta el deporte más popular del mundo. En Colombia la expresión cada vez toma más fuerza, ya que los buenos resultados de la selección nacional, desde su clasificación al pasado mundial y el buen momento que vive en este (Rusia 2018), encendieron en los colombianos la pasión futbolera.

Lo curioso del asunto es que el fútbol, para nosotros, se convirtió en una de las pocas cosas que nos unen de verdad, de lo poco que genera fraternidad en el país; lo cual celebro, porque en medio de tanta polarización y división en la que mantenemos sumergidos, los partidos de la selección son ese escape de la cruda y cruenta realidad.

Solo basta con analizar, qué acontece alrededor de un encuentro futbolístico de nuestra tricolor. Los establecimientos comerciales se visten de fiesta, que adornados de amarillo, azul y rojo, abren sus puertas para recibir a los fervientes aficionados que sin importar la hora, llegan devotos para apoyar su equipo.

Allí, no hay ambiente diferente a la alegría, los nervios se sopesan con el espectador del lado, que aunque sea un total desconocido, será su mejor aliado a la hora de comentar las jugadas, el trámite del encuentro, la euforia del triunfo o la decepción de la derrota.

Si la victoria arropa a nuestros 11 gladiadores, el júbilo se apodera de la gente y a su vez el consumismo que dinamiza la economía; bares, restaurantes, tiendas de ropa deportiva, transportadores y vendedores informales, son una pequeña muestra de los sectores económicos que se benefician por la fiebre de la Selección Colombia.

Así que, esa camaradería y compañerismo que nos nace por el fútbol, son los elementos propios de la solidaridad que debería existir entre nosotros y que tanto necesitamos como sociedad. “Unidos somos más”, dice el eslogan con el que la Federación Colombiana de Fútbol invita a todos sus seguidores a alentar a la selección, y todos juntos los apoyamos con convicción; ojalá, esa unión la apliquemos para todo.

Nota. Las fiestas de San Juan - San Pedro y el Mundial son motivo suficiente para celebrar, por lo tanto, la invitación es a que se haga con moderación y sin excesos. Rebasar los límites generalmente significa que de la diversión y la juerga se pase a sucesos trágicos y lamentables. Celebremos con calma, que así se disfruta más.

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