El oscuro panorama

José Adrián Monroy

Muchos colombianos votaron la elección presidencial con la esperanza que, al elegir un nuevo presidente, la situación del país y la de los colombianos mejoraría.

Ha transcurrido un mes desde que inició el gobierno del presidente Duque y el panorama es cada vez más desalentador. Los anuncios hechos por el Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, han causado bastantes dudas sobre cómo saldremos de este letargo económico en el que nos encontramos; según el Ministro, para el presupuesto de gastos del próximo año hay un faltante de 25,6 billones de pesos, un poco más de ocho mil millones de dólares, que tiene desfinanciados programas de sectores como: educación, salud, trabajo, transporte, vivienda, minas y energía, justicia, defensa, agro, entre otros.

Si el déficit es de tal magnitud, el Gobierno nacional sólo tendrá dos caminos; o se reforma la estructura del aparato estatal optimizándolo y reduciendo sus gastos para hacerlo más pequeño y eficiente (menos burocracia), o se realiza una reforma tributaria que resultaría gravando con más impuestos a la clase media y media baja -lo que muy seguramente ocurrirá-, trayendo más dificultades económicas para la ciudadanos de base y un costo político gigantesco para el Presidente Duque, para su partido y sus intereses en las elecciones regionales y locales.

Lo preocupante del asunto es, que de acuerdo con el informe semestral entregado por el Banco Mundial en abril de este año llamado: “Ajuste fiscal en América Latina y el Caribe: ¿Costos en el corto plazo, beneficios en el largo?, señala que por cada peso de inversión que se le reduzca al sector social se perderán tres pesos en la economía, por cada peso que se le quite al sector de la infraestructura, la economía pierde dos pesos y por cada peso que se le reduzca al gasto público la economía solo perderá 0,5 pesos.

Lo anterior indica, que si el déficit de los 25 billones afecta sectores vulnerables de la sociedad, esto no solo tendrá un profundo impacto en lo social, sino que también afectará directamente el desarrollo económico de la sociedad; por lo tanto es necesario y urgente, que se reduzcan los costos de funcionamiento de todo el aparato estatal para que no seamos nosotros, como siempre, los que tengamos que asumir con más impuestos, la crisis fiscal que atraviesa el país.

Así las cosas, tendrá que ser muy creativo el presidente Duque para encontrar la salida al grave problema fiscal que tenemos, más aún, si las relaciones con el Congreso no arrancaron con pie derecho, situación que hará más difícil la aprobación de las iniciativas que sean presentadas por el gobierno. ¡Que Dios nos ampare!

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