Candidatos con ganas pero sin conocimiento

José Adrián Monroy

El año pasado, el 7 de diciembre para ser más preciso, publiqué para mi habitual espacio de los viernes en este diario, la columna titulada: “candidatos con ganas pero sin conocimiento”. De acuerdo con el escenario del momento hice varias observaciones que de nuevo quiero exponer en este espacio para que sean vistas como recomendación, alertas tempranas o simplemente un llamado de atención para quienes quieren ocupar un cargo de elección popular y, sobre todo, para quienes elegirán a sus gobernantes el próximo 27 de octubre.

En los últimos años los modelos de administración pública han evolucionado en el mundo, quizás es Francia quien ha demostrado ser el país más eficiente, creativo y audaz en la ejecución de recursos públicos; diferente a lo que sucede en Colombia que no ha logrado acertar en un esquema de contratación dinámico, práctico, expedito y trasparente en el manejo del dinero estatal, que tenga un eficaz control político y una correcta e imparcial administración de la justicia.

En nuestro país, sin el ánimo de generalizar, hemos tenido peculiares administraciones municipales; recordadas por su incapacidad, desconocimiento de lo público y lo peor de todo, el mal comportamiento personal de los dirigentes. Por ejemplo, Pauselino Camargo siendo alcalde de Cúcuta se presentó borracho al concejo municipal enfrentándose en tono desafiante ante los concejales, además, estuvo implicado en acciones criminales y eso que tiempo atrás vestía de sotana.

Bernardo Hoyos Montoya, exsacerdote y exalcalde de Barranquilla, estuvo preso por irregularidades en contratación y posibles vínculos en el asesinato de un periodista detractor suyo.

Otro caso es el de Apolinar Salcedo Caicedo, exalcalde de Cali, conocido popularmente como “Polo” y muy conocido en el país por ser invidente. Fue destituido por la Procuraduría General de la Nación por evidentes casos de corrupción en algunas concesiones que adjudicó en su mandato. O, el de Campo Elías Terán, elegido alcalde de Cartagena de Indias para el periodo constitucional 2012 - 2015, locutor y periodista; demostró ser un desconocedor absoluto del funcionamiento del Estado, tanto así que todos los órganos de control solicitaron la suspensión inmediata de su labor como alcalde. Y, el más reciente, el de Rodolfo Hernández, alcalde de Bucaramanga, quien ya fue suspendido por la Procuraduría por la agresión en contra de un concejal de su ciudad.

Todo lo anterior indica que para ser elegido hace falta mucho más que ganas. Ejercer un cargo para el que no se tienen las competencias necesarias es el primer acto de corrupción; por lo tanto es indispensable que los candidatos antes de manifestar su intención de aspirar, analicen si realmente cuentan con las capacidades personales y técnicas que se requieren al momento de gobernar y eso lo deben evaluar los votantes. Será esa, entonces, una de las maneras en las que se le logre devolverle legitimidad a las instituciones.

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