Las expectativas del 2020

José Adrián Monroy

El año 2020 inicia con la esperanza y el optimismo de que las cosas sean mucho mejores que el año pasado. En cuanto a lo económico, el 2019 cerró con un 3,2% de crecimiento frente al 3.6% que tenía previsto el Gobierno nacional, sin embargo, Colombia fue el país de la región que mas avanzó, por lo que se espera que este año se continúe creciendo y no caigamos en una desaceleración como la que tuvimos en el año 2017 donde el crecimiento económico tan solo alcanzó el 1,7%.

Para el salario mínimo el gobierno del presidente Duque anunció un aumento del 6%, es decir, de $49.687, lo que lo lleva a $877.803; en tanto que el auxilio de transporte reporta un alza de $5.822 y pasará a $102.854, para un total de $980.657. Pese a los incrementos, seguirá siendo muy difícil que una familia sobreviva con esa cantidad de dinero mensual.

También, los colombianos estamos a la expectativa de lo que pasará con los movimientos sociales que representaron la gran inconformidad que se vive en el país y de que manera, el Gobierno nacional trabajará para darle una solución real y de fondo a la reducción de la enorme brecha de desigualdad que sufre esta sociedad. Además, entrará en aplicación la nueva reforma tributaria o ley de financiamiento, lo que tendrá consecuencias directas en nuestros bolsillos.

En lo local, existe la tranquilidad que desde la Gobernación del Tolima y la Alcaldía de Ibagué habrá un trabajo articulado y en equipo, para que en conjunto y unidad, se consolide una oportunidad de desarrollo real para la capital de los tolimenses. La ilusión es grande, por ende la responsabilidad que tienen nuestros gobernantes para que en este nuevo periodo constitucional solucionen muchos de los problemas que tiene Ibagué.

¿La prioridad?, sin duda deben ser las grandes obras de infraestructura que mejorarán la movilidad, la recuperación total de los escenarios deportivos, las políticas de desarrollo económico que deben darle un nuevo aliento a la construcción y que le den estabilidad al comercio; esto con el propósito de combatir el creciente desempleo que nos tiene como la segunda ciudad con mayor desempleados del país.

En todo caso, confío en que este año sea significativamente mejor que el 2019 y aprovecho el espacio para pedirle a Dios que llene sus hogares de salud, prosperidad y muchas alegrías; no sin antes, darle las gracias a todo el equipo de redacción y administrativo del periódico el Nuevo Día por todo lo vivido y mi gratitud infinita a quienes semanalmente leen mis escritos.

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