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Colombia se volvió de extremos y extremistas, para la mayoría de las personas no hay puntos intermedios; se es de izquierda o de derecha, punto. Alguien no puede estar de acuerdo con alguna posición del gobierno porque de inmediato es tildado de “uribista”, “paraco”, fascista y narcotraficante, si es al revés, desde el otro bando lo acusan de “petrista”, guerrillero, comunista - socialista, terrorista, etc. Es el pan de cada día en todas las discusiones que se tienen por redes sociales.
No haber logrado contener y disipar la división política, su propio partido (el Centro Democrático), mas unas cuantas contradicciones entre las promesas de campaña y las acciones del gobierno, han sido uno de los grandes problemas del presidente Duque; tanto así, que cualquier hecho positivo que realice en su gestión es minimizado al nivel de pasar sin importancia ante la opinión pública o por el contrario, tomar el más pequeño error, como el más grande desacierto.
Eso pasó con la decisión que tomó el Gobierno Nacional de enviar un avión de la Fuerza Aérea Colombiana hasta China, con el propósito de traer de regreso al país, 13 compatriotas procedentes de Wuhan, China, ciudad epicentro del brote de coronavirus que tiene en alerta al mundo por su rápida propagación. Este acontecimiento no tiene precedente alguno, por lo que significa una gran obra poner a disposición el Estado, para apoyar a los colombianos ante cualquier circunstancia sin importar en dónde estén. Muchos criticaron que se hubiese enviado un avión hasta China para “traer el virus para acá”, ¿pero se imaginan que fuese un familiar nuestro el que estuviese en esa situación?, sin duda, sería algo para agradecer.
Sin embargo, la desaprobación de la gestión del presidente Iván Duque Márquez sigue en aumento, según los más recientes resultados de la encuesta Gallup Poll, conocidos el pasado jueves, el 71 % de los encuestados desaprueba la forma como está desempeñando su labor como Presidente de la República y tan solo el 23% la aprueba.
Esto debe obligar a todo el equipo de gobierno del presidente, a replantear la forma de cómo están manejando su estrategia de gobierno y de comunicaciones, y sobretodo, a propiciar un proceso de reconciliación nacional para que la sociedad no se siga fracturando por discusiones insulsas, por tontos enfrentamientos ideológicos, que la misma historia ha demostrado que no conducen a nada y si pueden poner en peligro la seguridad y estabilidad de nuestro sistema democrático. Ya no es el momento de seguir pensando en Venezuela y el cerco diplomático Sr. Presidente, es justo concentrase en multiplicar acciones como la del avión que se envió a China, concentrarse en Colombia y su desarrollo, eso es fundamental.
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