La partícula de Dios

La semana pasada, la Organización Europea para Investigación Nuclear-CERN, dio a conocer el SuperBonder o Pegacor que mantiene aglutinados y sin despegarse los elementos del cual esta hecho el cosmos. Ellos son: el “campo Higgs”, elemento que invade todo el orbe.

Varios fermiones como electrones con masa y protones y neutrones compuestos por quarks con masa y peso creadores de la materia visible. Distintos bosones sin masa, representados en  fotones, gluones y demás, unos encargados de la fuerza nuclear y electromagnética y otros de trabajar para mantener unidos los elementos anteriores que a primera vista son todos iguales.

El “campo Higgs” invade todo el universo, luego fermiones y bosones interactúan con él, cada uno a su manera, sin que se sepa quien es quien, igual que entre conductores borrachos no se distinguen los Merlanos con 50 mil votos. Para nos profanos entender una pizca esta complejidad, debemos imaginar “campo Higgs”, como un interminable campo de nieve, cuyos cristales de hielo aunque dispares, son simétricos en su estructura, por lo cual no se diferencian unos de otros. Para captar cómo se da el roce social entre los diferentes elementos y el “campo Higgs”, imaginemos los fotones como esquiadores inmateriales que, transportados en esquís voladores, no rozan la nieve. Los electrones, como novatos esquiadores deslizándose con alguna dificultad. Y los quarks, como pesados montañistas que con botas de escalar dejan huellas en la nieve, es decir, con roce más estrecho con dicho campo.


El SuperBonder en evidencia, provee de masa la materia y es el bosón más chiquito de “campo Higgs”. Los medios lo bautizaron “Partícula de Dios”, los científicos “bosón Higgs”, porque quien siguió sus pasos durante 50 años hasta detectarlo, fue Peter Higgs, investigador escocés de 88 años, y mismo descubridor del campo con su nombre y, por el que el bosón detectado se desplaza proporcionando masa a  la materia, o sea, a los quarks, por ende, esencial para su existencia. Lo mismo, es fundamental para completar ese rompecabezas que es el universo, para entender la estructura de la materia y para permitir un desarrollo de la física que vaya  más allá del modelo estándar que conocemos hoy.


Qué lastima que la noticia no hubiese sido que en adelante estaríamos hechos de fotones. Pues así no tendríamos peso y podríamos desplazarnos a la velocidad de la luz. Claro, nos reconforta que la CERN haya individuado ese Pegacor, porque aunque venga la guerra de las galaxias, el mundo no se desmoronará. Sin embargo, el camino de descubrimientos todavía es largo, porque existen teorías que prevén la presencia de otras partículas que, quizás, puedan resolver el enigma de la materia oscura de la cual, hasta hoy, los científicos solamente han visto señales indirectas.


Credito
AMPARO MARGARITA MORALES FERIA

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