Juegos olímpicos

La antigua Grecia estaba conformada por pequeñas ciudades estado que, teniendo lengua común y varias costumbres similares, mantenían beligerancia continua.

Sin embargo, hace 27 siglos en Olimpia, centro místico común, crearon las Olimpiadas, competencia  atlética cuatrienal con doble propósito. Religioso, porque con el sudor y fatiga de los competidores simbolizando gran fuente de energía, honraban a sus divinidades. Político, porque mientras duraban las gestas suspendían las ofensivas para que las diversas polis llevaran sus atletas a competir. Los vencedores, convertidos en héroes eran ungidos con ramas de olivo e inmortalizados en estatuas y poemas. 

Siglos después el Imperio Romano invadió Grecia y permitió continuar los juegos. Luego, adoptó el cristianismo como religión oficial y, éste tomó las Olimpiadas como fiestas paganas. Entonces, 393 años después de Cristo, Ambrosio, obispo de Milán, de un plumazo puso fin a más de mil años de historia deportiva. En 1896, el Barón Pierre De Coubertin, un educador francés, viendo el deporte como instrumento para promover la paz entre las naciones y herramienta para el crecimiento físico y moral entre los jóvenes, retomó las gestas creando en Atenas los primeros Olímpicos modernos. Hasta hoy, cada cuatro años, en países diferentes, se han celebrado sin interrupción.

Colombia participa desde 1932. En el 72 se estrenó con una plata y dos bronces. Entre 1984 y 2008, entre platas y bronces consiguió siete medallas más una de oro en 2000. La vencida fue este año porque logró ocho preseas, entre ellas una de oro. Hazaña realizada porque  Coldeportes y el Comité Olímpico aprendieron a trabajar en equipo y a no dilapidar los dineros asignados al deporte en paseos internacionales familiares. Las medallas indican que se gastó en capacitar dirigentes, técnicos, metodólogos, médicos y psicólogos, contratar expertos extranjeros y participar en certámenes internacionales. Igualmente, el Estado ya no se remilga en apoyar la organización de eventos importantes a nivel latinoamericano, de los cuales queda aprendizaje e  infraestructura deportiva de alto nivel.  

En Grecia, podían participar sólo hombres que demostraran linaje griego y familia adinerada que subvencionara los constantes adiestramientos, pues el atleta no podía dedicarse a otro tipo de actividad. En Colombia,  la mayoría de nuestras estrellas deportivas están ligadas a la pobreza, violencia, limitaciones y falta de recursos y espacios para entrenar. Por eso, es demasiado poco haber profesionalizado solamente cuatro categorías, deportistas que viendo resueltas sus preocupaciones pecuniarias, tienen cabeza para concentrarse y realizar una eficaz y permanente preparación. 

Nos alegramos del increíble resultado, pero es falso que “ahora el mundo nos admire”, como dijo Andrés Botero, presidente de Coldeportes.   Australia quedó en décimo lugar y obtuvo un total de 35 medallas, entonces, nos falta mucho pelo pa’ moña y así lograr en los Olímpicos un puesto medianamente importante.

 



 

Credito
AMPARO MARGARITA MORALES FERIA

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