Confidenciales políticos

Hermógenes Nagles

Un tolimense miembro y expresidente de la Corte Constitucional, el abogado Mauricio González Cuervo, fue el que prendió la mecha del escándalo de corrupción más grande de toda la historia de ese alto Tribunal de la Justicia Colombiana.

Nadie entiende por qué, cómo y cuándo González procedió a denunciar ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara que en uno de los procesos de la Corte venía cuajándose un caso de soborno relacionado con Fidupetrol. González, sin pelos en la lengua, dijo que el presidente de la Corte Constitucional, Jorge Pretelt, estaba pidiéndole al abogado Víctor Pacheco, apoderado de Fidupetrol, la bobadita de 500 millones de pesos para que él presentara ponencia derogando una sentencia de esa misma Corte y fallando en favor de la Acción de Tutela interpuesta por Fidupetrol, no se sabe por qué billonario negocio.

Por esa fenomenal “sapeada”, al magistrado Pretelt toda la prensa se le vino encima y le pidió que renuncie a la presidencia de la Corte, Santos clama desde España por que la investigación llegue hasta sus últimas consecuencias y la gente del común espera que lo metan a la cárcel. Lo que todos intuimos es que éste será un escándalo más de los muchos que salpican nuestra mal llamada justicia colombiana, porque ni la Comisión de Acusaciones investiga a nadie, ni ningún juez de la República se atreve a procesar a magistrado alguno porque aquí en nuestro país, para nadie es un secreto, en los asuntos de corrupción todos se arropan con la misma ruana.

Lo que uno como parroquiano del común no entiende es por qué el acusado, el señor Pretelt, cada vez que lo entrevistan tiene la concha de hablar bellezas de su compañero de Corte, el doctor Mauricio González, de quien dice que es su mejor amigo y que seguirá siéndolo toda la vida. Este escándalo parece un capítulo más del Chapulín Colorado, porque el Magistrado González Cuervo denunció a Pretelt sin querer queriéndolo…

¡La suerte de García!

Este no es el título de una telenovela más, es el resúmen de la buena hora por la que pasa e expresidente del Congreso, Carlos García Orjuela. Buena hora por el fallo del Tribunal Administrativo de Cundinamarca que obliga al Estado a reconocerle millonaria indemnización por los dos años de injusta retención de que fue víctima, a causa de un errado proceso de parapolítica. Además de ganar ese “primer astro millonario”, García ahora tuvo la buena suerte de echarse al bolsillo de nuevo al expresidente Uribe, ícono político de los tolimenses, inolvidable por su Seguridad Democrática y ganador en el Tolima de las últimas elecciones presidenciales, quien lo recibió de abrazo, departió largo rato con él en entrevista privada y le oxigenó la candidatura de su párvulo político a la Alcaldía de Ibagué, Ricardo Ferro.

Mientras esto ocurría en el hotel Ambalá el viernes anterior, Óscar Barreto lloraba y lloraba su desgracia y zapateaba de la rabia junto a su equipo de campaña a la Gobernación del Tolima, pues resultaba ilógico que él, que era el supuesto candidato del Centro Democrático, no estuviera en las mieles con Uribe Vélez.

La verdad de todo fue que Carlos García y su hijo Pierre, representante a la Cámara, acapararon desde un principio la visita de Uribe a Ibagué, motivo por el cual Barreto no se asomó por allá. Como van las cosas, García Orjuela será el candidato del Centro Democrático en el Tolima. ¡Póngale la firma!

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