Confidenciales políticos

Hermógenes Nagles

La contienda electoral en el Tolima por Gobernación y alcaldías municipales, empezando por Ibagué, está como para alquilar balcón porque nadie sabe quién está con quien en materia de candidaturas, aún cuando el tema de los avales ya comenzó a definir alianzas y favoritismos.

Para marcar tendencias de cuál candidato tendría las mayorías electorales nada mejor que evocar la frase del presidente Santos tantas veces pronunciada acerca de las negociaciones de paz.

“Nada está acordado hasta que todo este acordado”. La guerra de los avales que se vive al interior de los partidos políticos comenzó a reflejar quién podría estar con quién en las plazas públicas apoyando tal o cual nombre de candidato a la Gobernación. En Ibagué, hay un enredo de marca mayor, pues Mauricio Jaramillo sigue haciendo fórmula política con Rubén Darío Rodríguez, pero esta alianza no es bien vista por los líderes de la coalición de Unidad Nacional en el Tolima quienes dicen estar comprometidos con su nombre hasta la muerte.

Los Martínez Rosales no están con él, pero están en el baile de Jhon Ésper Toledo, mientras que el partido de la U correrá esta prueba de la Nascar con Pompilio Avendaño. Para el colmo de males a Rubén Darío tampoco lo quiere el resto de la familia Jaramillo. Baste con recordar que Guillermo Alfonso lanzó su campaña a la alcaldía de Ibagué, hablando oprobios de su gobierno. Parece que por esa arremetida las relaciones familiares entre Mauricio y Guillermo Alfonso Jaramillo le cuestan lágrimas a doña Hilda y que el último día de la madre en la casa paterna de los Jaramillo los saludos a la ‘mami’ los dieron en visitas separadas.

Los líderes del partido Conservador en el Tolima siguen apareciendo en fotos de plaza pública al lado del candidato Óscar Barreto, pero en las calles dicen no estarle acompañando políticamente, tal es el caso de José Élver Hernández, “el Choco”, que se cree lidera buena parte de las huestes del exsenador Gómez Gallo (q.e.p.d). Igual actitud asume el excongresista espinaluno, Hernando Cárdenas.

En el caso del candidato Independiente, Carlos García Orjuela, la gente se pregunta con qué líderes va a adelantar su campaña proselitista pues todos sus antiguos lugartenientes hoy no le acompañan.

Otro interrogante por despejar en estas primeras semanas de campaña proselitista es saber con quién va a estar en definitiva el representante Pierre García, pues todos sabemos que es heredero político del hijo del expresidente del Congreso y actual candidato por firmas, Carlos García, por eso nos resistimos a creer que esté dispuesto a apoyar hasta el final la candidatura de Francisco Mejía del Centro Democrático que le impuso la senadora Paloma Valencia, quien tras bambalinas es la dueña de los avales y quien le dice al expresidente Uribe quiénes deben ser los candidatos políticos en el Tolima. Parece que a la Valencia se le fue “la paloma” esta vez en la escogencia de candidatos sin verdadero respaldo popular.

Un recorderis de cierre

Hace dos semanas dije en esta misma columna que las equivocaciones del candidato Mauricio Jaramillo en materia de expedición de avales a dirigentes que aspiran a alcaldías de municipios tolimenses iban a levantar roncha al interior de su campaña. Dicho y hecho: Carolina Hurtado Barrera, aspirante a la alcaldía de Lérida, hija del caudillo liberal Luis Hurtado, hasta hace poco fiel y firme defensor de la causa ‘jaramillista’ se fue a las toldas del candidato Óscar Barreto.

Chisme de última hora: Si la Fiscalía dicta medida de aseguramiento contra Óscar Barreto, el conservatismo y el ‘barretismo’ ya tienen listo nombre de candidato para Plan B a la Gobernación.

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