¿Habrá un Estado Catalán?

Iván Ramírez Suárez

Si todo sale como lo ha previsto la dirigencia de la Comunidad Autónoma de Cataluña, este martes 11 de octubre se proclamará oficialmente la secesión del territorio español y la conformación de un nuevo Estado, independiente, soberano y autónomo: Cataluña.

Nada fácil la tienen ambos bandos. Tanto España, como la dirigencia y el pueblo catalán, deberán afrontar resistencias mutuas que incluso puede llevar al extremo de una ocupación militar por la Monarquía y la consecuente resistencia civil popular.

Y aunque la Organización de Naciones Unidas (ONU) tiene una interpretación restringida del principio de autodeterminación de los pueblos (resolución 2625 del 24 de octubre de 1970), son numerosos los casos existentes en el mundo de pueblos y naciones que luchan por la conformación de nuevos estados, como instrumento de liberación del yugo de dominación que en la actualidad ostentan. Las experiencias secesionistas victoriosas en la antigua Yugoslavia y la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, se han convertido en un virus que persigue hasta a las potencias de oriente y occidente.

El Tibet, con su Dalai Lama en el exilio, no renuncia a su independencia de la República Popular China. La Federación Rusa trata de recuperar lo perdido tras la funesta Perestroika, pero internamente afronta un conflicto independentista de Chechenia. El Reino Unido vive un constante tire y afloje con el pueblo escocés que busca recuperar su calidad de Estado soberano, perdida en 1707. El pueblo kurdo, considerado en unos 50 millones de personas, lucha por su reagrupación territorial, hoy disperso en los estados Irán, Turquía, Irak, Siria y Armenia. Y Estados Unidos, que se creía estar inmune a esta afectación contemporánea, padece síntomas preocupantes en Vermont, Colorado, Texas y los territorios no incorporados de Hawái y Puerto Rico. La prueba está dura para el Gobierno y la Monarquía española, porque de conseguirse el objetivo de los catalanes, vendrán huracanes similares provenientes del País Vasco y Andalucía, dos comunidades autónomas con características sociales y culturales bien diferentes al pueblo español, que desde hace años también buscan la conformación de estados independientes.

Aunque aún no podemos saber cuál será la posición que asuma la sociedad internacional y de manera específica el Consejo de Seguridad de la ONU, existe un precedente similar con Kosovo, estado que proclamó su independencia de Serbia el 16 de febrero de 2008, bajo el reconocimiento de varios estados de Europa y los Estados Unidos, pero con la negativa de España, Rusia y sus aliados.

Era obvio que España no podía aceptar la creación del nuevo Estado, pues esto implicaba por anticipado tener que ceder ante la situación que hoy internamente afronta y que lo más seguro es que la reprimirá, de darse la independencia, con una ocupación militar.

@jiramirezsuarez

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