La multa a BNP - Paribas

BNP - Paribas, el más importante banco francés y uno de los más representativos de Europa, acaba de recibir una multa de las autoridades norteamericanas sin precedentes: nueve mil millones de euros.

Nunca en la historia financiera del mundo se había impuesto una multa de tal magnitud. ¿Cuál fue el motivo?

El banco sancionado infringió -a través de su filial Suiza- el bloqueo decretado por Estados Unidos para que bancos con licencia para operar en ese país hagan negocios con Cuba, Iraq y Sudán. Así lo reconoció el banco francés al declararse culpable ante una corte del Estado de Nueva York.

Esta multa ha suscitado críticas y comentarios, sin embargo. En primer lugar, su magnitud: es equivalente a las utilidades de todo 2014 para el BNP - Paribas. Muchos comentaristas la juzgan desproporcionada.

No fue calculada con base en los beneficios obtenidos por el banco francés en estas operaciones, sino como un porcentaje de las cifras brutas de los negocios efectuados con los países que tienen decretado el embargo norteamericano.

En segundo lugar, cuando se compara la severidad de esta multa con las sanciones por casos análogos que las mismas autoridades norteamericanas han impuesto a los bancos estadounidenses que han inobservado los bloqueos, se nota un sesgo evidente en contra de la banca europea. Mas severidad para los extranjeros, más lenidad para los norteamericanos.

Y por último: plantea el debate profundo de si es aceptable que los Estados Unidos se autoinstituyan como última autoridad mundial para decidir qué está bien y qué está mal en asuntos financieros internacionales.

El argumento final, al cual tuvo que plegarse el banco francés, luego de meses de discusiones, fue la amenaza de las autoridades norteamericanas de que si no se avenía a pagar la multa, le cancelarían la licencia para operar en Estados Unidos. Lo anterior, en la práctica, habría significado la muerte comercial de BNP - Paribas.

El nuevo imperialismo norteamericano se está ejerciendo últimamente en el ámbito financiero. La semana pasada comentamos desde esta misma columna el atropello jurídico de que está siendo víctima la Argentina, cuando las cortes estadounidenses la obligan -sin lógica alguna- a reconocer a los acreedores que no quisieron ingresar al proceso de reestructuración de su deuda externa (fondos buitres), condiciones más favorables que a los que sí entraron en la reestructuración: 93 por ciento de los acreedores.

Los mismos embargos, hoy en día criticados por toda la comunidad internacional, como el de Cuba, no dejan de tener una alta dosis de arbitrariedad por parte de los Estados Unidos.

Por ejemplo, la firma Coca Cola está dispensada del embargo, porque su producto se consume largamente en los países embargados. ¿Qué lógica tiene esto?

Después de la crisis financiera de 2008, con respecto a cuyo manejo la administración Obama ha recibido tantas críticas por la inacción, da la impresión de que ahora los Estados Unidos en una actitud un tanto maniquea resolvieron actuar. Pero no sancionando a sus propios bancos, sino a los extranjeros.

Credito
JUAN CAMILO RESTREPO

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