Sobre la reforma a la salud y otras perlas

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A la hora de redactarse este artículo, está por hundirse la reforma a la salud. Hundirse en el sentido de que el Gobierno no se atrevió a dar la orden de aprobarla en la Cámara este semestre, con la esperanza de poderla aprobar entre marzo y junio del año entrante.

Pero habrá que ver si lo que la Unidad Nacional no se atrevió a votar ahora, porque le teme a sus efectos sobre las elecciones que se avecinan, sí será capaz de hacerlo en 2014.

Porque las elecciones presidenciales se realizarán el 25 de mayo y nada indica que la mayúscula oposición a ese engendro desaparezca para esa fecha, por lo que una decisión de Santos a favor de las EPS le amenaza su reelección.

Y tampoco les quedará fácil votar la reforma en menos de un mes, entre el 26 de mayo y el 20 de junio, día en el que terminan las sesiones del Congreso, porque ello también podría ocurrir durante la segunda vuelta presidencial y les tocaría ‘ferrocarrilear’ de la forma más burda el proyecto.

Como lo ha tenido que reconocer hasta el muy desgastado ministro Alejandro Gaviria, la capacidad de maniobra del santismo saltó en añicos ante el movimiento de las Batas Blancas –médicos, estudiantes de medicina, enfermeras y demás trabajadores de la salud– que ha encabezado el rechazo nacional al objetivo de Santos y sus partidos de reencauchar y mejorarles el negocio a las EPS –que ya no harían ganancias sobre 20 billones de pesos sino sobre 30–, mediante el ridículo ardid de cambiarles el nombre.

También acrecentó la indignación saber que llamar al POS de otra manera –Mi Plan– era otro acto calculado para engatusar a la ciudadanía y mantener recortado el derecho a la salud, con lo que seguirá la enfermedad y la muerte por males que la medicina sabe prevenir y curar.

Así mismo ha causado especial irritación el ataque a la tutela, ataque que también va oculto en la ley estatutaria de la salud que la Corte Constitucional debe declarar contraria a la Carta.

Y llenó la tasa de las Batas Blancas y del país el convencimiento de que la reforma mantiene la presión a favor de unas relaciones laborales inicuas y no resuelve sino que agrava el agudo problema de las deudas de las EPS a las IPS públicas y privadas.

El país les expresa su reconocimiento a los trabajadores y estudiantes de la salud por lo valeroso y esforzado de su movilización.

Y estos deben hacer conciencia de que si ellos se oponen no habrá proyecto de ley retardatario que pase, conclusión que también debe llevarlos a entender que la reforma que se requiere con urgencia solo será posible en la medida en que no dejen de encabezar la lucha de toda la nación por terminar con un sistema que les permite a un puñado de parásitos financieros –las EPS– echarse al bolsillo la plata que necesitan la salud y la vida de los colombianos.

Credito
JORGE ENRIQUE ROBLEDO Senador

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