Se enseña con el ejemplo, lo demás es arquitectura

Julián Ricardo Rodríguez Soto

Se enseña con el ejemplo, lo demás es arquitectura, y seguro que ante los ejemplos actuales la sociedad de hoy y las futuras generaciones van a tener unos desafíos gigantes en temas de ética, moral y todos los males que puedan derivar por la omisión o el desuso de estas trilladas palabras, no lo digo yo, sobre el tema del aprendizaje y el comportamiento social hay autores que vale la pena mencionar, como el doctor Albert Bandura, sus postulados sobre el aprendizaje social.

Esto nos permite reflexionar sobre los ejemplos que la sociedad de hoy y más preocupante aun, la niñez está vivenciando y viralizando por todos los medios de información y comunicación nacional e internacional, parece ser, que la trampa, la corrupción y el soborno hacen parte de la cotidianidad y se afincan en un peligroso lugar que es el nepotismo cultural, que no es otra cosa diferente que asumir que la coima, la dádiva y la trampa son parte del diario vivir.

Ejemplos hay muchos, para citar algunos, cual es el mensaje que envía el presidente de la República cuando contrata a la Sra, Claudia Ortiz, como directora de la Agencia de Desarrollo Rural, sin cumplir los requisitos de formación y experiencia, el ejemplo empieza por casa señor presidente.

¿Cuál es el ejemplo que envía a sus hijos el padre de familia Ómar Ambuila, colmando a su hija de dineros, incluyéndola en posibles casos de corrupción y haciéndola partícipe de una red que recibía dinero en el exterior, todo un ejemplo; pero el ejemplo no solo termina ahí, sino que afecta a instituciones de renombre, como cuando la Srta. Jenny, exhibe el carné que la acredita como estudiante de Harvard, seguramente intenta dar a entender que el dinero compra la posibilidad de acceder a universidades de renombre internacional, que mal ejemplo el del papá y como su hija replica sus enseñanzas.

¡Qué mal ejemplo el de el alcalde de Bucaramanga que, ante las desafiantes acusaciones de su concejal, no logra contener la ira y reparte agresiones y palabras soeces, olvidando que las vías de hecho no son la solución a un problema y que su investidura le exige una prudencia y tolerancia, seguro tomo el ejemplo del expresidente Uribe cuando amenaza a un fotógrafo diciéndole ¡Le voy a dar en la cara Marica!; tal vez, del exministro Vargas Lleras que da cocotazos a su escolta o del exfuncionario de presidencia que afirmaba, que las seguidoras de Petro tenían pinta de putas.

Parece que, a costa de hacer valer la verdad o cumplir los objetivos personales algunos colombianos tienen licencia de aprobar, vociferar, saquear, gritar, agredir e insultar, al que no esté de acuerdo con sus semejantes y de paso recordándonos que no son los títulos, los esfuerzos, los postulados, los méritos, las opiniones ni la ideologías, sino, es el dinero, el poder, la mentira, el engaño y la corrupción las que otorgan licencia para poder tener un espacio en la sociedad, una sociedad excluyente para todo el que no esté de acuerdo con sus posturas o atente contra su ideología. ¿Qué le vamos a dejar a las nuevas generaciones? Una sociedad donde todo vale.

Profesor Universitario

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