¿Seremos capaces?

A finales de octubre de 2013, en el marco de los Diálogos de la Memoria organizados por el Centro Nacional de Memoria Histórica, el respetado profesor Medófilo Medina se quejó porque, según él, las señales del gobierno del presidente Santos frente al proceso de paz con las Farc eran contradictorias.

Medina puso de presente que, por un lado, Santos decía en público que iba a preguntar a la bancada del Partido de la U si continuaba con el proceso de paz, si lo suspendía o si lo cancelaba. Pero, por otro, agregó el experto, el Presidente nunca decía que iba a hacer ese tipo de consultas para ver si valía la pena seguir, suspender o cancelar la guerra. “No -se respondió el propio Medina-, la guerra va”.

Recuerdo la intervención de Medina a propósito de la campaña Soy Capaz, que acaba de lanzar el sector privado, a propósito de la Semana por la Paz, que concluye hoy en todo el país.

La paz se nos ha vuelto algo tan esquivo y lejano para la inmensa mayoría de los colombianos, que muchos la ven como una quimera y otros ingenuamente creen que para alcanzarla es suficiente con dedicarle una semana o hacer una campaña donde salen figuras públicas, como empresarios, deportistas o sacerdotes haciendo cosas inusuales. Entonces unos señores encorbatados o ensotanados se ponen unas botas o unos zapatos tenis, o unas empresas les cambian los empaques a sus productos y muchos participan en la viralización de mensajes a través de Twitter. Y unos pocos marchan por las calles colombianas.

No quiero decir que eso sea inútil, sino que el país debe entender que hay que hacer muchísimo más, todos los días, por construir la paz. Esto significa que la inmensa mayoría nos pongamos de verdad las botas, los tenis o las camisetas de la paz y actuemos de conformidad, no solo cuando están los fotógrafos y camarógrafos frente a nosotros.

¿Seremos capaces de hacer la paz?, me pregunto. Y me respondo: “Ojalá que sí, pero no así”.

Como sociedad debemos reconocer todo lo que ha sucedido, no solo algunas cosas. Por eso es tan ridículo que la comisión de ética del Senado prohíba a Iván Cepeda hacer un debate sobre paramilitarismo sin que pueda mencionar a Álvaro Uribe, quien funge como presidente-fundador del Centro Democrático.

El derecho a toda la verdad -que ya ha sido reconocido como derecho humano en varios instrumentos internacionales- hay que defenderlo en la búsqueda de la paz. También hay que sacar a la luz pública todos esos delitos que tenemos escondidos y nos negamos a ver y sancionar, como la desaparición forzada, la violencia sexual, el reclutamiento forzado y la financiación es instigación de la guerra. Y, por supuesto, hay que reparar integral y satisfactoriamente a las víctimas.

¿Seremos capaces?, me vuelvo a preguntar. Yo creo que sí, pero sólo si cambiamos el chip de toda una sociedad que lleva décadas engañada con los atajos de la guerra.

Credito
HERNANDO SALAZAR PALACIO

Comentarios