Cada nueva generación de escritores considera que sus obras son las mejores y rebasan cuanto se haya hecho antes que ellos. Y, por supuesto, hace el esfuerzo de demostrarlo, ya con la publicación de sus propias revistas, sus concursos ganados, sus libros publicados y sus patrocinadores eminentes.
Y hace sus antologías de género para afianzar en conjunto los logros que han hecho de manera individual y sin ningún propósito colectivo.
“Del dicho al hecho hay mucho trecho”, como decía mi abuela. Porque en cada época siempre habrá ese dejo de arrogancia y esa mezcla de egos exaltados de los unos contra el trabajo serio, disciplinado de los otros.
Y las antologías se acumulan en las bibliotecas.
Viene a cuento esta disquisición porque mi hijo Alejandro me envió una antología de cuentos de los escritores de hoy, los mejores, que me ha parecido excepcional. No porque no hayan existido antologías de años anteriores, con escritores agrupados de las maneras más disímiles, ni porque considere que reunirlos sea garantía de calidad, sino porque esta vigoriza un oficio que de tanto en tanto se dice que ha entrado en crisis.
Se trata de “Puñalada trapera”, que publica Rey Naranjo Editores, 2017. Desde el título se insinúa la intención de “herir” al resto de la literatura, pasada y presente, lo cual es una alegoría muy significativa.
Juan F. Hincapié selecciona 22 autores para congregar en las páginas del libro lo mejor de la actual cuentística nacional. Muchos de ellos con varios premios a su haber y publicaciones que han trascendido nuestro entorno.
Los cuentos tienen una calidad sostenida y es una demostración de un oficio abordado seriamente para dejar un testimonio bien logrado de nuestro tiempo.
En medio de tan buenos textos y a riesgo de parecer provinciano, destaco dos autores ibaguereños, Mariana Jaramillo Fonseca (1978) y Daniel Villabón (1986).
A Mariana la conocí cuando compartimos durante casi siete años nuestras columnas de opinión en EL NUEVO DÍA. Su cuento “Mi novio albino” es contundente, reflejo de una juventud en contraposición con sus mayores y espejo de una vida de frustración en el amor, muy actual, contado con un lenguaje cotidiano.
A Daniel lo había leído en la revista “El Malpensante”, en el cual aparecieron algunos cuentos suyos. Es experto en xenoglasia o de las apariciones, lo paranormal. Su cuento “La niña” es cercano a la ciencia ficción de Ray Bradbury, no la de viajes espaciales ni avances de la ciencia sino del misterio, las profundidades de la conciencia humana. Igualmente nos ofrece facilidad de lectura por su lenguaje sin alardes.
También me entusiasmaron los cuentos de Pilar Quintana, Luis Noriega y Daniel Ferreira.
Es una estupenda antología, de un vigor esperanzador para el futuro de nuestra literatura.
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