Cuando se supo que el rival del Deportes Tolima en la siguiente fase de la Copa Sudamericana era un conjunto chileno que se llama Universidad, los aficionados indagaron el detalle de un elenco con tal denominación, porque en el balompié austral hay dos equipos de gran popularidad con nombre parecido: la Universidad de Chile, el más célebre en los años recientes por salir campeón de ese país en los últimos torneos y en la Sudamericana del año pasado, y que ahora disputa la Recopa con el Santos de Brasil; con tal presentación más de uno llegó a preocuparse.

Pero el adversario Pijao es la Universidad Católica, que tampoco pinta fácil, con su palmarés que incluye 10 ligas y cuatro copas locales aunque afuera no brilla, porque solo se apuntó en la final de la Libertadores de 1993 y ganó el título de la Interamericana al año siguiente, venciendo a Saprissa de Costa Rica. En la actualidad, luego de la séptima fecha del torneo clausura en Chile, está en la quinta casilla, a 3 puntos del líder y con las mismas unidades del segundo en la tabla. De otra parte vinculó, hace poco como entrenador al uruguayo Martín Lasarte, que en 2007 fue técnico de Millonarios.

Será la segunda ocasión que el Vinotinto y oro se enfrente a un colectivo con nombre de entidad educativa superior, dado que en la Copa Conmebol de 1997 chocó con el Universitario de Deportes de Lima.

Pero la confusión puede ser válida si se considera que existe una tercera universidad en el fútbol de ese ter­ritorio sureño: la de Concepción y que en Suramérica, hay otra U. Católica; en Ecuador, solo que se conoce poco debido a que juega en la segunda división; al dar una revisión al grupo que así se llama, se descubre que en territorio Inca, al elenco que nos eliminó en la Conmebol referida, se añaden la Universidad César Vallejo y la San Martín; en Quito el club más prominente es Liga Deportiva Universitaria y en Ambato juega Técnico Universitario; en Bolivia, existe el Universitario de Sucre y en Venezuela, la U. de Los Andes, que es más conocida como ULA Mérida, cayó a segunda categoría.

 Ahora bien, si por fama se clasifican los equipos universitarios, el lugar de honor debe ser para el par mexicano, la Unam, que representa al centro educativo más grande de la tierra de la ranchera, lo que pasa es que la mayoría se refiere a Pumas e incluso trae a la memoria el rostro de ese animal que cubre el frontal de su camiseta; el otro club corresponde a su equivalente de Nuevo León, pero que de forma similar es conocido como Tigres; ambas escuadras tienen tanto vínculo con los entes académicos, al punto de que sus estadios se ubican al interior de los campus y la base de sus hinchadas son, por supuesto, los estudiantes.

El cierre del recuento nos lleva a El Salvador, donde hay un equipo de la universidad oficial del Estado.Para que la relación no quede incompleta, tienen que revisarse los casos en Colombia, donde no han faltado los conjuntos universitarios, ya que al iniciar el fútbol rentado en 1948, había uno de la U. Nacional, que apenas aguantó hasta 1952; en la segunda categoría, en cambio, hubo presencia de la U. del Valle y en la actualidad participa la U. Autónoma del Caribe, que compite en Sabanalarga; mientras en Popayán aún está fresca la creación del Universitario, que fue relevo de Centauros, al ir a la capital del Cauca.

El orgullo tolimense, que se revitalizó con la épica remontada ante Itagüí, en Copa Colombia, tiene mañana un compromiso clave ante Nacional, tras lo cual va a Santiago, donde se presentó una sola vez en cotejo oficial, hace 30 años, contra Cobreloa, en el que era su estreno continental. Ahora, ya mayorcito, va por la Universidad con la confianza de que en la cancha del estadio San Carlos de Apoquindo, Bernal reviva su positivo suceso en los juegos Odesur, en 1986, cuando al mando de un conjunto que él conformó con base en el Deportes Tolima, logró la medalla de plata y el cupo a los Juegos Panamericanos.