¿Amenazas osadas?

Robert Shaves Ford

Theresa May ha pronunciado su discurso sobre su plan para salir de la UE. Ha confirmado que dejarán el mercado único europeo de 500 millones de personas, en contra de lo que demandaban los empresarios y el Banco de Inglaterra.

Sin embargo, May quiere conservar las ventajas de la unión aduanera. La primera ministra se permitió amenazar a los 27 con una guerra comercial si «castigan al Reino Unido». Advirtió que contestarían con agresivas reducciones del impuesto de sociedades para atraer a empresas a su país. También aseguró que las empresas de la UE se verían dañadas si pierden su acceso a la City de Londres, aunque probablemente sería al revés. Sus amenazas resultan osadas: las exportaciones a la UE suponen el 13% del PIB británico, mientras que las de los 27 al Reino Unido solo son el tres por ciento.

Una novedad fue que confirmó que someterá el acuerdo final con la UE, a la votación de las cámaras de los Comunes y Lores. También expresó su deseo de que los comunitarios que ahora viven en el Reino Unido conserven sus derechos, siempre que los británicos que viven en países de la UE reciban idéntico trato.

Anunció que el Reino Unido tras completar su salida limitará la llegada de ciudadanos comunitarios y que Gran Bretaña dejará de estar sometida a las leyes y los tribunales europeos.

A pesar de su tono triunfalista, insistió que buscará un acuerdo con Europa que ofrezca la máxima libertad de comercio para las empresas británicas, algo que fue saludado por los mercados con una instantánea apreciación de la libra. Admitió que el país podría seguir contribuyendo al presupuesto europeo para algunas cuestiones específicas, pero que dejará de aportar las «enormes» cantidades con que contribuye como socio.

Insistió en que el Reino Unido se convertirá en «una nación comercial abierta». Y repitió su cliché de una «Gran Bretaña Global». Resulta contradictorio con esa proclama que la primera medida que tomará esa nueva nación, vaya a ser salir del mercado único más importante del mundo, donde vende el 45% de sus exportaciones. Explicó que al dejar la UE se abrirá para el Reino Unido la oportunidad de ahondar libremente en acuerdos comerciales con EE. UU. o China. La realidad es que las exportaciones a Estados Unidos son 20% (25% menos que a la UE) y el Reino Unido hoy vende más a Irlanda que a la gigantesca China.

Como se esperaba la primera ministra remarcó que habrá una salida completa de la UE, sin componendas: «Buscamos una asociación nueva e igualitaria entre una Gran Bretaña Global independiente y autónoma, y nuestros amigos y aliados en la UE».

En contra de lo esperado, la libra ha apreciado durante su discurso. Cuando acabó de hablar, la divisa se había fortalecido un 1,74% frente al dólar y 0,7% frente al euro.

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