El fallo de la Haya a la luz de la ética universal

Como seres humanos no debemos preocuparnos tanto por las fronteras entre los países cuanto por el bienestar de quienes los habitan.

Los recursos naturales nos fueron dados para beneficio de todos más allá de las diferencias sociales, las razas y las fronteras. Los límites territoriales no deberían existir, sino que son fruto de decisiones humanas muchas veces injustas.

¿Cómo nacieron las naciones y las fronteras? Los filósofos postulan un estado natural original. Para Hobbes, partidario de la maldad natural del hombre, tal estado era triste, miserable y desasosegado y por ello los humanos decidieron renunciar a todos sus derechos y los entregaron en manos de un Estado (el Leviatán) que hiciera posible su sobrevivencia.

Para Rousseau, tal estado original, debido a la natural bondad del hombre, era pacífico y armonioso. Pero la sociedad comenzó a corromperse y a reinar la disensión y el egoísmo cuya señal fue el nacimiento de la propiedad privada.

Cuando un hombre decidió cercar un sembrado y decir “esto es mío”, nacieron las disensiones. Le fue necesario someterse a una voluntad general (el Estado) para, mediante la obediencia a la ley, recobrar la paz y tranquilidad perdidos.

El fin del Estado es también para Locke la protección de la vida y la propiedad privada. Esta se justifica en cuanto el ser humano mediante el trabajo ha incorporado algo suyo en ella (su esfuerzo y creatividad), pero está limitada por la satisfacción de las necesidades fundamentales de los demás ya que los bienes por naturaleza son comunes.

Examinemos pues a la luz de la ética universal, superando vanos nacionalismos y romanticismos, el fallo de la Haya. ¿Tales mares estaban administrados correctamente en bien de sus semejantes y de los isleños? ¿Lo estarán mejor ahora? ¿Administrará mejor o peor Nicaragua tales mares? No lo sabemos.

Lo cierto es que ahora tenemos que ser solidarios con los isleños en la difícil situación en que están por hacer parte de nuestro país. Pero la responsabilidad principal está en sus manos. No sería justo que nos atribuyeran todos sus males. No es cierto que nuestra Nación los haya discriminado, ya que el “abandono” a las fronteras ha sido generalizado y también se extiende a regiones del interior donde están en peor situación que los sanandresanos.
    
Los políticos y gobernantes del archipiélago no han sido ejemplo de pulcritud y eficiencia en el manejo de los muchos recursos del turismo y la pesca y los enviados por el gobierno central; los continentales hemos recibido menos de lo que les hemos dado.  

Manejar tales territorios debido a su lejanía ha sido muy oneroso para el continente y se ha complicado aún más con el problema del narcotráfico. La situación de los isleños se ha complicado con el fallo. Debemos ser solidarios. Lo importante es que logren mejorar su situación como seres humanos. Pero ello está fundamentalmente en sus manos.

Credito
REINALDO SUÁREZ DÍAZ

Comentarios