Nadando bien en medio de un mar de lágrimas

En medio de un mar de lágrimas, por el reciente fallo de la CIJ de la Haya, afortunadamente la economía colombiana termina el año bastante bien posicionada, a pesar de la fuerte turbulencia internacional.

Y al hablar de turbulencia no me refiero a la conmoción que ha generado en Colombia el resultado de la demanda de Nicaragua; la metáfora se relaciona también con la economía mundial, que genera un entorno de gran influencia en la economía colombiana.

El problema de las nubes de tormenta para 2013 estriba en los altos niveles de deuda de los países desarrollados e incluye el abismo fiscal aterrador que deberá sortear en breve tiempo la economía de los EE.UU.


Los sistemas financieros internacionales, al contrario de Colombia, parecen de difícil manejo, debido a los desequilibrios en la cuenta corriente y las deficiencias de competitividad en Europa. Otro gran nubarrón en el panorama es la visible desaceleración del crecimiento económico de China.


Mientras tanto, las proyecciones de crecimiento del PIB de nuestra economía, siguen siendo alentadoras, y uno esperaría que nos permitan pasar sin mayores sobresaltos los próximos 2 años. Si así lo hiciéramos, dejaríamos atrás la mencionada turbulencia internacional e incluso la podríamos aprovechar como un empujón de cola para acelerar nuestro vuelo.


La explicación está en que somos uno de los pocos países del mundo que se ven con crecientemente buenas perspectivas (dicho sea de paso, no me cabe duda de que esto también lo miró la CIJ, la cual más que corte de justicia parece haber actuado como ejecutora de políticas internacionales de desarrollo y equidad entre países, misión que desvirtúa las atribuciones que le concedimos).


Por esto mismo la tendencia indica que podríamos ser receptores de una nueva oleada de inversiones, de España y otros países al ‘borde de un ataque de nervios’ por sus perspectivas económicas.


Quizás el Gobierno nacional pudiera aprovechar esta coyuntura para convertir a San Andrés en un verdadero centro turístico de alto nivel en el Caribe, que compensaría con creces la temida pérdida de empleos en pesca artesanal y daría un gran impulso a los comerciantes, a la población raizal y alternativas de vida a la marginada población pania -descendientes de inmigrantes de departamentos costeños-.


Pero para remitirnos en términos puntuales de nuevo al crecimiento colombiano, el PIB colombiano en el año 2011 fue de un envidiable 5.9 por ciento; este año se estima que estará en 4.5 por ciento y el próximo año podría ser similar.


Algunas conclusiones de un reciente foro de Anif, que me permito citar para aclarar esta visión predictiva del panorama económico que deberán enfrentar los comerciantes en 2013:


1. El crecimiento de la economía para 2013 será bueno incluso bajo turbulencia internacional.

2. La situación de Europa sigue siendo el principal riesgo del crecimiento de la economía internacional.

3. El comportamiento de la acción de Ecopetrol es importante para ver resultados de 2013.

En síntesis, los invito a todos a rezar con devoción su novena, a comer natilla y buñuelos y a celebrar con champaña el buen final para Colombia de un año tan calumniado como el 2012, que no ha sido ni será el final de ningún mundo, aún a pesar del mar de lágrimas, gracias “a la Corte Celestial” (best wishes to you Daniel).  

Credito
GEORGE WALLIS

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