Hoy por hoy, como tantas predicciones de la ciencia ficción, en este caso de tinte sociológico, el Gran Hermano es una realidad, gracias a la tecnología del Big Data, al parecer plenamente utilizada por Washington y denunciada por personajes como Assange o Snowden. Este es un asunto tan tortuoso, con unas implicaciones políticas tan grandes, que únicamente las mencionaré como marco de referencia, para mencionar sus secuelas en el marketing.  

Dicen los expertos que “el 90 por ciento de los datos acumulados en todo el mundo se han creado en los dos últimos años. Cada día se escriben 400 millones de tuits, cada minuto se crean 600 nuevos blogs y cada segundo se registran 10 mil transacciones de pagos virtuales”.

Las ciudades de todo el mundo, y las amplias autopistas de Internet, se llenan de cámaras y sensores para mirar, revisar y sistematizar, todo tipo de información sobre la vida económica de los ciudadanos. Cada día se recogen 2.5 trillones de bites de datos, que se convertirán en información utilizada por las empresas para anticipar las necesidades de los consumidores. Obviamente, “quien no lo haga quedará fuera del mercado”.

El gran ordenador de esta información es el big data, una herramienta para sistematizar los datos procedentes de cualquier soporte -incluyendo imagen y sonido. En torno a Big Data se está creando un mercado evaluado por la firma de análisis Gartner en 132 mil millones de dólares para 2015. Esta dinámica empresarial generará más de cuatro millones de empleos. Su efecto es tan grande, que desde ya se compara el uso de esta herramienta con los cambios gigantescos, en tecnología y modo de vida de la humanidad, que generó la revolución industrial.

Los sistemas de big data son en la actualidad de semejante impacto en la economía de los EE.UU. que su desaparición llevaría a la semiparálisis. Gigantes de Internet como Facebook y Google, empresas emblemáticas de esta era del Gran Hermano en que vivimos. 

Estos pioneros del ‘Miniver’, lideran un grupo de empresas de servicios tan conocidas como IBM, SAP u Oracle, que contribuyen en los procesos de promoción del sistema global con aplicativos adaptables a todo tipo de empresas. Big data ha saltado de Internet al mundo real, y las empresas investigan sus aplicaciones para mejorar la gestión, ahorrar consumos o lanzar nuevos servicios. Adaptarnos o subvertir el sistema. That’s the question.