Secondlife

George Wallis

Séptimo Día, el programa periodístico de Manuel Teodoro, presentó este domingo ‘Juegos sexuales virtuales: infidelidad a un clic de distancia’. El tema desarrollado, tan contemporáneo y universal, pone a pensar más allá del libreto...

El ser humano es ancestralmente infiel y no solo a su pareja, como relata la Biblia. La infidelidad, a diferencia de los animales, se extiende a su propia realidad vital, que nunca le satisface plenamente. El ser humano se diferencia así de los animales, que simplemente se adaptan a su hábitat de la mejor manera que pueden.

El hombre pasó de las cuevas a las pirámides y a los modernos rascacielos, de las limitaciones físicas de la naturaleza a la luz artificial, al clima artificial y de la belleza natural a las más ‘artísticas’ expresiones de estética. La literatura, y hoy día el cine, han puesto en el cielo el límite de sus posibilidades creativas y de experimentar otras vidas. Otros, más arriesgados, han ‘viajado’ a otros mundos a través de drogas sicotrópicas.

Cierto, volviendo a Séptimo Día, que una parte esencial de ese mundo humano es su propia intimidad de su mente y cuerpo. Este fue el punto preciso de la paradoja de la ‘infidelidad’ sexual y afectiva, que mostró Teodoro, en que nuestras vidas se confunden entre la virtualidad y la realidad. Algunos dirán al respecto, en el extremo izquierdo del espectro de libertad intelectual, que la infidelidad sexual virtual no existe nunca. Un poco más al centro intelectual tal vez consideren que eso no es infidelidad mientras no intervenga el apego afectivo, señal de que sí se habría traspasado el límite ‘real’ de vivir una vida ‘fiel’ a otra ‘alternativa’.

Esta posición se asemeja en esencia a otras medianamente conservadoras, que sí admiten ese tipo de infidelidades por casi todos experimentadas en cine, literatura o tecnologías virtuales; esta sería una manera válida de experimentar la sexualidad y la afectividad de otros seres humanos. A secondlife. -Por supuesto está también, en el extremo derecho del espectro, la posición de quienes proscriben totalmente, como entre los musulmanes, los puritanos y otros extremistas religiosos, todo estímulo real o virtual que lleve la mente a pensar en segundas vidas afectivas o sexuales-.

Secondlifees un juego virtual de infidelidad creado en 2003 y presentado en el mencionado programa, que ha llevado a la adicción extrema, tal vez tan desquiciante como cualquier adicción sicotrópica. Quienes somos ‘adictos’ a la literatura o el cine sin censuras, no podemos tirar la primera piedra, pero a lo mejor estamos más preparados para convivir con esta clase de dilemas. Solo concluiré, en tan corto espacio, que en estos temas no podremos adaptarnos bien al mundo moderno en ninguna posición extrema.

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