Salud y el rumbo de la historia

George Wallis

Cuando escribo estas líneas, cunde la incertidumbre sobre la desaparición de Salud Hernández, columnista de El Tiempo. En medio de mi preocupación por la suerte de esta periodista valiente, aunque tantas veces polémica, a quien en todo caso leo con interés, me pregunto por el significado de esta noticia.

Salud Hernández es una periodista investigadora, que se ha negado a dejarse seducir por el establecimiento. Sus columnas radicales y de denuncia contra todos los que considera abusadores del poder, recuerda al movimiento global de los indignados.

Sin duda, se trata de una tendencia cultural, que en cada corazón de librepensador colombiano tiene un espacio propio. Las denuncias de ‘la columnista indignada’ a todo tipo de delincuentes, exponiendo su propia seguridad y su vida, merecen por ello todo el respeto. No importa si uno no comulga o no con sus planteamientos.

Muchas cosas vienen sucediendo en Colombia y tengo la corazonada de que el episodio de Salud no es un hecho aislado. Para mí, es parte de un proceso de cambios profundos en nuestra sociedad, que van a tener un desarrollo acelerado en los meses venideros.

Antes de terminar el año 2016, para bien o para mal, por ejemplo los colombianos tendremos claridad del final de muchos procesos sociales que hoy generan expectativas. En el tema de la paz, para citar el más relevante, al sonar las campanas de Navidad, ya sabremos si la democracia escogió entre el aval a las negociaciones de La Habana o la llamada ‘resistencia civil’ al gobierno de Santos. Si los promotores de la paz ganan, en 2017 tendremos un nuevo país.

Ciertamente, la firma de los acuerdos de La Habana puede llevarnos al desencadenamiento de unos procesos históricos de desarrollo sin precedentes. Y digo puede, admitiendo también la posibilidad de que una paz negociada entre actores supuestamente corruptos sea el camino al infierno ‘pavimentado de buenas intenciones’.

Pero si la resistencia civil gana, también estaremos en una Colombia distinta. Sin duda diferente, aunque con un panorama aún más complejo.

En este escenario la voluntad de la democracia nos hará recordar inevitablemente las palabras de Churchill. Colombia no se habrá acabado con una decisión contraria al proceso de paz, no.

Pero los colombianos solo podremos predecir como Churchill que nos esperan nuevos días de “sangre, sudor y lágrimas”.

La desaparición de Salud, es un episodio de la provincia colombiana, que debemos también analizar en un contexto de transformaciones globales. Antes de fin de año, por ejemplo, sabremos cuál fue el final de esa película de horror que vive el pueblo venezolano.

También sabremos si el ‘Imperio’ se refunda con un mandato popular a Trump, o si se consolidan las reformas obamistas. Todo, al final, estará interrelacionado.

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