El Oráculo de Casandra

Bonjour madamme Casandrá

Desde mi garzonier a Paris, acudo a sus buenos oficios para reforzar algunos de los temas que me fueron cercenados en la breve publicación que hicieron de mis sólidas posiciones en ese juornal provincial.

Particularmente debo referirme al necesario énfasis que faltó en la publicación sobre mi proverbial defensa de las riquezas minerales de esa región y especialmente con la riqueza aurífera y la necesidad de preservar las fuentes hídricas.

Acudo entonces a usted, que tiene tan buena memoria y a quien tanto prestan atención en ese rotativo para cumplir con este cometido que me deja intranquilo.

Sincèrement
Charles le père de Pierre.

Mon cherie Carlós:

Me ha sorprendido tu misiva, ya que después de tantos años de ausencia no me lo esperaba. Revisando las publicaciones de este rotativo, encontré que en una época tú invitabas a los periodistas a sobrevolar la zona de Ataco, donde potencialmente se iba a instalar una paladraga, sobrevuelo que sería patrocinado por los propios mineros, no recuerdo si de Antioquia o El Dorado.

Y un tiempo después encontré que fueron tu amigo Luis Humberto y tú quienes reunieron a seis alcaldes de los municipios ribereños del Saldaña para hablarles de las maravillas que los mismos mineros, no sé si El Dorado o Antioquia, iban a hacer en el maltratado afluente del Magdalena.

Con esto veo que tus forzados retiros espirituales fueron muy provechosos y que te llevaron a tan interesantes reflexiones, todas dentro del concepto presidencial de que solo un idiota no cambia de parecer.

Au revoir
Casandra Ashanti Medoro Bessudo Didime dôme

Credito
CASANDRA YATE TIMOTÉ

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