Lo público sin carteles

Por estos días a pesar de que la noticia se esperaba, los colombianos seguimos conmocionados con la situación que vive el alcalde de Bogotá,

que es ni más ni menos que el segundo cargo en importancia del país, pero que se encuentra encartado y con detención preventiva, en el detestable hecho de corrupción prolongada del llamado carrusel de la contratación, que en mala hora viene ocurriendo en la capital de la república. Y el caso sigue, crece y cada día hay más congresistas, concejales y otros servidores públicos involucrados.

Algo triste es saber, que si no fuera por la acción de estos criminales de la alta burocracia, amangualada con malhechores mal llamados empresarios, miles y miles de millones de pesos, hubieran podido calmar el hambre, la necesidad de obras, educación, salud y dar felicidad a muchos bogotanos, aquejados de las más elementales necesidades, o víctimas violencia y sucesivos destierros.

Pero en medio de todo, es más preocupante saber que el carrusel de la contratación no es algo que azota solamente la capital de la República, ésta sería una inocente presunción, porque todos sabemos que el mal ejemplo cunde y que esta modalidad está regada por parejo en el territorio nacional, que los administradores públicos de las capitales y la mayoría de los municipios, practican en mayor o menor grado, la cartelización de su contratación, las nóminas paralelas, del Sisben, los recursos de la salud y la educación; pero, que al final nada pasa, esa es la única realidad, porque los organismos de control no encuentran nada, mientras por ahí se fugan para los bolsillos de estos mercaderes de la miseria, cantidades impresionantes de recursos.     

Vale la pena quedarnos un poco en lo local, Ibagué, el Tolima y sus municipios, no pueden seguir consumidos en esta desafortunada constante,  simplemente llegó la hora de cesar esta perversión. Ya se percibe  favorabilidad para los dos candidatos liberales a la Gobernación y la capital, llegó la hora de que ellos rompan con tan desafortunada tendencia. A Luis Carlos Delgado y Luis H. Rodríguez, al igual que los demás, les asiste el deber de confirmar ante sus conciudadanos, su verdadera voluntad, su decisión de no permitir que en sus posibles administraciones, se conformen carteles que trafiquen influencias y se lleven lo que es de la gente, a los pecunios de unos pocos inescrupulosos financiadores e integrante de las conocidas clientelas.   

Particularmente conocí al padre de Luis H. el doctor Rodríguez era un hombre probo, dirigente gremial sin tacha, que le debió inspirar las mejores costumbres al virtual nuevo alcalde; es de esperar que de cumplirse su nombramiento, Luis H. honre su procedencia familiar con un gobierno limpio de cualquier tentación perversa con el erario público, que pondrá al servicio del interés general. Tengo la convicción de que él, finalmente podrá vencer las presiones y las malas tentaciones, que llueven ante el poder y que pondrá  sus reservas éticas, para hacer una administración eficiente y  moralmente aceptable.

Ps. Causa tristeza ver como las autoridades del futbol se están ensañando con Wilder Medina, no cabe en la imaginación del hincha y del no hincha, que a este jugador del Deportes Tolima, quien cometió un error con el uso de una sustancia prohibida, se le caiga encima para dañar su carrera, sin darle una oportunidad de corregir su equivocación; cuando ya había sido sancionado por tres meses por este mismo motivo. Ahora que lo ven en franca recuperación le caen con un año más, parece que la consigna fuera destruirlo. Ello no es ejemplar para ningún tribunal.

Credito
PEDRO LUIS ZAMBRANO C.

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