La Navidad y algunos de los que se fueron

La Navidad evoca el tema del nacimiento, de la alegría de lo nuevo, del surgimiento de aquel ser que para el mundo cristiano,

unió la antigua época de la creación divina manifestada en su máximo esplendor con la aparición de una humanidad unida directamente con su Padre, el Creador, pero, que por la codicia y la maldad de los primeros hombres, esta alianza se vino a pique y entonces se requirió de alguien que resolviera esta ruptura.

Quedaba la única opción de que fuera el propio hijo de Dios, quien luego de hacerse humano y morar entre los hombres, corriera con la tremenda tarea de ser entregado a un cruel sacrificio, devolviendo con ello la unidad de mujeres y hombres, con su padre Dios.

La celebración de la venida al mundo de este redentor por excelencia tiene desde luego, una connotación gloriosa, y tras de ella, se cumplen en muchos lugares del mundo rituales de alegría, que llevan a hombres y mujeres a vivir en el nuevo niño, y por generalización en todos los infantes, una época de renovación, de meditación, de ver renacer en cada cual esa porción de la divinidad de Dios, manifestada en el amor por el prójimo y el bien ajeno, que debe llevar por dentro y en su obrar, todo aquel que pretenda llamarse cristiano.


En medio de todas las exageraciones imputables al orden consumista, del aprovechamiento que de él hacen el comercio, las sectas y los inventos de los vendedores de todas las raleas, transcurre la navidad como esa época propicia para estar cerca de la familia, o al menos para comunicarse con ella.


Pero en esta vida de mortales, el nacimiento lleva también ineludiblemente a su contrario, la muerte, y es así como se debe también recordar que cada año trae consigo la alegría de las nuevas vidas y la desaparición de otras, es así, como en este año se han ido a formar parte del mundo infinito de la vida después de la vida, grandes personajes que merecen también un espacio de recordación.


Desaparecieron personajes del mundo, como: Steve Jobs el hombre creador de maravillas en la comunicación virtual, quien dejó grandes recuerdos y avances en el matrimonio de la tecnología, la ciencia y la gran organización contemporánea; Ernesto Sábato el gran literato argentino que dejó en el recuerdo del mundo unas pocas pero grandiosas obras, la agraciada cantante británica Amy Winehouse, María Schneider la actriz protagonista del Último Tango en París, el astrónomo holandés-estadounidense Tom Gehrels  y el inolvidable Facundo Cabral, quien anduvo por tantos lugares maravillando por años al mundo con sus inolvidables presentaciones llenas de intelecto, gracia y cultura.


Fueron otros tantos los colombianos desaparecidos en 2011, cabe recordar algunos. Como el polifacético empresario Julio Mario Santodomingo, don Bernardo Tobón de la Roche, importante emprendedor de la comunicación radial, la ilustre tolimense Gloria Valencia de Castaño, el juglar vallenato que ha hecho cantar generaciones, Lorenzo Morales y, quien fuera el máximo comandante de las FARC, llamado apelativamente Alfonso Cano.  


La constante de la vida y la muerte en la existencia humana, parece recordarnos lo pasajero de la vida y lo inminente de la muerte; por eso es que en esta y las demás navidades, vale recordar pensamientos como el de Emma Thompson cuando sostuvo que: “Los únicos errores que cometemos en la vida son las cosas que no hacemos” o a John Lennon quien expresó que, “la vida es aquello que te está sucediendo, mientras te empeñas en hacer otros planes”. Feliz Navidad.

Credito
PEDRO LUIS ZAMBRANO C.

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