Que cosas nos pasan

Como ocurre con muchos de quienes llegamos a la quinta década, en ciertas noches suelo despertarme, y ante los ratos de insomnio, prendo la radio.

En una de mis últimas escuchas, sintonicé un programa llamado “Hablar por hablar”. Pude escuchar dos historias que me dejaron impactado, al oír lo que les pasa a tantos colombianos, que han vivido situaciones inéditas, que fácilmente servirían como fuente de inspiración para cualquier cultor de la tragedia o la novela contemporánea.

Primero fue Beatriz, quien habló de su hija que en plena adolescencia se hizo madre, tuvo un hijo que pronto comenzó a sufrir las manifestaciones de una cirrosis agravada, la joven mamá no tuvo más salida que facilitar parte de su hígado y donárselo a su bebé; mientras la mamá se debatía en medio de una crítica recuperación, el niño se tornó en estado de gravedad, y días después, dejó de existir.


Finalmente la madre sobrevivió a la operación, y algunos años después, le llegó el amor de su vida, se comprometieron y de su unión nació una niña. Pero, aterrador ver hasta donde algunas personas tienen la marca del infortunio, apenas iniciaba su felicidad con su parejo y su pequeña, cuando comenzó a sentir dificultades con su apetito, y luego de serle practicados los exámenes necesarios, le descubrieron un agresivo y avanzado cáncer de estómago, que hoy le impide desde el mismo hecho de amamantar su niña y, como lo comenta Beatriz, en su delicado estado, su hija solo se anima a pedirle que por favor críe a la niña, así como antes lo hizo con ella.


Pero ahí no para el drama de Beatriz, otro de sus hijos menores, sufre deficiencia renal, está recibiendo tratamiento de diálisis y con los mínimos recursos de su pobreza, tratan de buscar un donante de riñones, sin que hasta ahora lo hayan logrado.


Otra mujer se refirió a su dolor como víctima del conflicto en la ciudad de Cali, cuenta que un día unos hombres llegaron a su casa por su madre, que era líder comunitaria, ella salió con ellos a atender su petición de apoyo, pasadas las horas y algunos días sin que regresara, en su situación de desespero, terminó enterándose de lo sucedido, cuando vio su progenitora muerta retratada en un periódico sensacionalista de la capital del Valle, había sido torturada y abusada.


La suerte de la protagonista de la historia y sus hermanos fue cruel, su hermana mayor adolescente, debió enredarse con el primero que se la sacó a vivir, un tío también resultó asesinado. Por su parte ella y su hermano, debieron terminar de formarse haciendo oficios varios en uno y otro lugar, para responder también por sus dos hermanos más pequeños.


Relató, además, que ha tenido que sufrir el hecho de ver a uno de los que se llevaron a su mamá, participando flamantemente en desfiles de carros antiguos. Pero, también mostró una manifestación de esperanza en su relato, cuando contó que con un gran esfuerzo se hizo Abogada y su hermano, Administrador de Empresas.       


Para rematar las cosas que nos pasan, apareció por estos días la historia del falso psiquiatra forense, que durante más de 10 años practicó exámenes y emitió dictámenes médicos, que seguramente sirvieron de soporte para muchas investigaciones y posteriores decisiones de la justicia, y solo ahora se descubre que era un simple timador, sociópata capaz de engañar por mucho tiempo a cuantos pasaron por su delirante camino. Pero, sabemos que de todo crece en esta viña.    


Credito
PEDRO LUIS ZAMBRANO

Comentarios