Las marchas del primero de mayo ayer y hoy

El pasado jueves se cumplieron los primeros 100 años de las movilizaciones populares conmemorativas del primero de mayo, día del trabajo, que arrancaron en 1914; aunque algunas arengas han cambiado, los motivos centrales que animan la celebración siguen siendo los mismos. Son pocos los cambios que han ocurrido entre las expresiones de aquellos primeros manifestantes y las de los que ahora abarrotan las principales calles de las ciudades, para evidenciar lo que sienten a cerca de sus condiciones de trabajo y reivindicaciones.

Para entonces, en un país predominantemente agrario eran importantes las manifestaciones campesinas, exigiendo trabajar para beneficio propio, tener dominio de la tierra que laboraban y dejar de ser una fuerza de trabajo cautiva y sumisa. Además, aparecía ya con fuerza, el tema de los salarios y condiciones dignas de trabajo y de vida.

Hoy, el estado de cosas no ha cambiado en lo fundamental, los campesinos siguen luchando por la tierra que no tienen o que la violencia les ha arrebatado, las condiciones de vida rurales son las más desventajosas en este país, el campo presenta los más altos índices de pobreza, a lo que se agrega que las políticas aperturistas desprotegieron de tal modo a los agricultores, que lograron desaparecer su clase media. Finalmente, ya los jóvenes no desean permanecer en el campo para mantener y mejorar la producción.

La pasada marcha del trabajo, mostró esas mismas manifestaciones de hace un siglo, un país con una alta proporción de su población, buscando mejorar sus condiciones de existencia, desfilaron sectores asalariados de la economía y la institucionalidad, representantes de la banca y el sector financiero, las imprentas y litografías, empresas mineras y de generación de energía, organismos de vigilancia y control, salud, gremios educativos, universidades, industria, defensores del medio ambiente, enemigos del fascismo, medios de prensa y, una muestra abundante de trabajadores de la industria nacional. Lo hicieron también las organizaciones de pensionados, y como novedad de las últimas décadas, los sectores informales, que hoy representan la mitad de la fuerza de trabajo.

Lo realmente importante de las marchas del primero de mayo, es que en ellas se puedan expresar libremente y en forma pacífica, los voceros de todos los sectores de la fuerza laboral colombiana, que aporta su esfuerzo para mantener la vida de una sociedad tan diversa como la nuestra.

Credito
PEDRO LUIS ZAMBRANO

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