Piedras y la minería

Piedras, este municipio tolimense que comienza en la prolongación ondulada de la meseta ibaguereña, se caracteriza por su vocación de paz, ya que en su territorio y por larga tradición, no anida la violencia que afecta a muchos lugares del país. Los piedrunos mezclan su cotidianidad entre la agricultura, la ganadería y el amor a su río, el Opia, ese capital natural, fundamento de su vida, además atrae a propios y visitantes de los lugares más diversos, que encuentran en sus charcos tranquilidad y alegría, a un costo mínimo.

Esta comunidad vio amenazada su tranquilidad, por un espectro que les hizo sentir miedo, el río está en programa para el uso de sus aguas en el lavado de materiales del proyecto aurífero ‘La Colosa’, ubicado en Cajamarca, actividad que sería peligrosa para la estabilidad del Opia, por los elementos contaminantes con que se desarrolla esta labor.

Como autoridad local, y pensando en el cumplimiento de su deber con sus coterráneos, el Alcalde promovió una consulta popular, para que los ciudadanos se pronunciaransobre si son o no partidarios de la posible incursión del proyecto minero en el territorio municipal, utilizando el acuífero que mueve la mayor parte de las actividades locales.

El resultado era obvio, la gente debió pensar en las experiencias -made in Colombia- acaecidas en los lugares en que se han desarrollado este tipo de proyectos mineros a cielo abierto. Marmato, El Bagre, Condoto y Santafé de Antioquia, entre otros, son municipios que han pagado el precio del auge del oro, que les ha dejado retrasos y hondas heridas reflejadas en sus territorios y en sus gentes. Finalmente, ganó por absoluta mayoría la negación social al desarrollo de esta iniciativa en Piedras.

A la luz de todas las lógicas, es entendible que la Consulta Popular es un recurso practicable, ante una transnacional poderosa que en su accionar puede afectar el río, que es básico para la vida de los piedrunos. Es entendible que la política minera es nacional y que debe reglamentarse en lo sucesivo, pero existe la ley que facilita las consultas populares y ello legitima la causa de la defensa del Opia. Por tanto, no se entiende que exista algún tipo de censura contra esta iniciativa democrática ejemplar para el país. No sobra recomendar que votemos por terminar el proceso de paz que está en curso.

Credito
PEDRO LUIS ZAMBRANO

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