Hacer del proceso de paz un hecho irreversible

En un panorama dominado por la alegría de los triunfos de la Selección Colombia en Brasil, es necesario asumir como tema trascendental para el país el asunto de las negociaciones de paz, ya no con una de las agrupaciones subversivas, sino con las dos, las Farc y el ELN.

Es indiscutible que se requiere que los dos grupos entren en conversaciones con el Gobierno, al fin y al cabo a lo que se debe llegar es a un ambiente en que el proceso de paz sea un hecho irreversible, porque así lo determinó la ciudadanía cuando dio la confianza al actual presidente, para un segundo mandato.

Aunque el ambiente promete que habrá compromiso de las mayorías con el proceso de paz, es inevitable que también los opositores se hagan sentir y que los hechos propios de las negociaciones, como la continuidad del conflicto en medio de las mismas, el hermetismo que se debe tener en cuanto a los acuerdos parciales y cualquier situación derivada de las conversaciones, puedan atribuirse como peligros para la sociedad, así no lo sean. Estos hechos serán convertidos en armas para atacar la ratificación popular de los acuerdos y buscar de este modo su fracaso.

Hay que estar al tanto en la búsqueda del respaldo popular a las negociaciones de paz, organizar un verdadero frente amplio de los grupos comprometidos y simpatizantes del proceso, liberales, conservadores, seguidores de cambio radical y las tendencias de izquierda, con el Polo Democrático, los progresistas y agrupaciones como el partido verde, se la deberán jugar con todas las fuerzas políticas y sectores con ideales de reconciliación. Todas estas agrupaciones van a tener que unirse en un solo esfuerzo, porque desde la otra orilla se van a integrar todas las coaliciones posibles para procurar el fracaso del proceso y sabemos que no es despreciable la porción de opinión que mueven, que se sabe que puede llegar a superar el 40% de la opinión.

Hay que estar alertas, pues hoy no existe un tema de mayor importancia para Colombia, en él se está jugando la tranquilidad de las futuras generaciones y las oportunidades de un porvenir auspicioso para muchos compatriotas, hasta hoy excluidos por los costos sociales del conflicto. Así que no se puede cejar en el esfuerzo, porque la esperanza de la reconciliación está cerca.

Credito
PEDRO LUIS ZAMBRANO C.

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