Recuerdos del desastre del Palacio de Justicia

@pezcandia

Acaba de cumplirse el 29 aniversario del holocausto del Palacio de Justicia, que ocurrió los días 6 y 7 de noviembre de 1985, cuando en un acto demencial, posiblemente financiado por el narcotráfico, un comando del M-19, asaltó a sangre y fuego el Palacio de Justicia, tomando como rehenes a más de diez magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Se encontraban también en el lugar, los empleados de la cafetería y algunos visitantes.

Quienes por entonces teníamos edad de razón, jamás podremos olvidar, como lo enseñaron las primeras imágenes que se transmitieron, la violencia y sangre fría, con que los asaltantes perpetraron la toma. Pero, tampoco se nos irá del recuerdo, la brutalidad y el exceso de fuerza, con que el establecimiento militar y la Policía de entonces, asumieron la retoma del lugar.

Sigue causando dolor la forma como el presidente de la Corte, doctor Alfonso Reyes Echandía, intentó en varias ocasiones comunicarse con el presidente de la época, el conservador Belisario Betancur, para que ordenara el cese del fuego y proteger las vidas de los magistrados y los demás civiles que se encontraban en el lugar, amenazados de muerte si la intensidad del fuego se mantenía. En una de esas intervenciones indolentemente desatendidas por el primer mandatario, el doctor Reyes pidió, que por favor cese el fuego inmediatamente, que es cuestión de vida o muerte.

El pasmoso silencio presidencial, no dejó ni más ni menos, que la clara impresión, de que en ese momento el mandatario de los colombianos, padecía autismo y le había entregado el poder a las fuerzas militares. Estaríamos entonces, sujetos a una situación de golpe de estado, en la cual, los uniformados encargados de atender la situación, solo parecían tener la consigna de disparar contra quienes encontraran en el camino de la retoma.

El resultado no podía ser otro que una masacre, puesto que al no cesar el fuego, para atender la situación humanitaria, los guerrilleros debieron terminar con la vida de los rehenes, y para rematar, aquellos civiles que los militares sacaron del palacio, simplemente desaparecieron.

Este lamentable suceso dejó decenas de vidas sacrificadas, y la lección de que cuando las posiciones se extreman, los primeros que resultan afectados son los derechos humanos. En tanto, el caso del Palacio de Justicia, sigue esperando verdad y justicia.

Credito
PEDRO LUIS ZAMBRANO C.

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