Navidad y buenas noticias

Pedro Luis Zambrano

Por esta época del año, millones de personas en el mundo entero nos ocupamos al menos por algunos momentos a meditar sobre la venida al mundo, del hombre que supo entregar amor sin condiciones, que colocó como el foco de su generosidad, a los humildes, los desamparados y los niños. En sus manifestaciones vitales, como nadie, demostró humildad, solidaridad, perdón y total sentido de servicio.

Algo que no es tan halagador, es ver como tantos que se autodenominan cristianos, lo son de palabra, pero, en la realidad de sus vidas, no siguen este modelo. Si esto pasara, el mundo no se levantaría diariamente para ver tantas injusticias, como la insensibilidad que agobia a los más pobres, la indiferencia con los niños que padecen hambre, los enfermos que mueren en las cercanías de las clínicas por falta de atención. Estas realidades serían contrarrestadas en mayor proporción, si al interior de los “creyentes”, estuviera viva, como hoy está él, la doctrina de Jesús.

Una importante noticia que nos tomó a todos por sorpresa, se relaciona con la reactivación de las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos y Cuba. Esta isla antillana, constituyó el último de los bastiones del poderío español en América, tanto así, que su liberación de esa potencia solo se dio en 1.898, pero, para sumirse lamentablemente, bajo el poderío del naciente imperio norteamericano.

La revolución de 1959, emancipó a Cuba de su nuevo dominador, pero, el gobierno estadounidense le cobró su osadía, con un odioso bloqueo económico y político, que aún hoy se sostiene, contra la voluntad de casi todas las naciones del mundo. Luego de normalizar las relaciones bilaterales, esta aberrante figura, deberá desaparecer en un tiempo récord, para borrar así esta página, que sigue causando enfado a los demócratas de todas las latitudes.

La otra buena nueva, así sea mirada por muchos, no con pocas razones, con beneficio de inventario, y se tejan sobre ella motivos de sospecha, es la tregua unilateral indefinida, determinada por las Farc. Este hecho contribuye definitivamente a madurar el proceso de paz ¿Acaso, para que se le pueda creer a un actor levantado en armas, su verdadera voluntad de paz, no tiene este que dar manifestaciones concretas, de que está renunciando a su proceder violento, para aspirar a volver a tener algún día campo en la vida normal, de la que nunca debió salir?

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