Tendencias que nos aguardan

Pedro Luis Zambrano

Sin duda como en el final de cualquier año, este que termina también nos deja ver paradigmas o tendencias, que se supone van a marcar una nueva época y que harán que el mundo a partir de su aparecimiento, sea diferente o que las cosas cambien globalmente, para bien o para mal.

Se puede advertir la disminución en el uso del petróleo como fuente de energía, ya se nota en la movilidad, los vehículos, se advierte que en lo sucesivo intensificarán el uso de energía eléctrica para su funcionamiento. Así como ayer el automóvil fue el gran disparador del alto consumo de petróleo, hoy el acudir a otras fuentes de energía para su movimiento, implicará una baja notable en el mismo. Además, se van abriendo campo las llamadas energías limpias, provenientes del uso del aire, del sol o del agua, que son menos contaminantes.

Esta tendencia se cruza de manera obligatoria con los cambios globales que se avecinan en la economía, que estará desprendiéndose de la locomotora minero-energética a la cual ha estado aferrada, desde hace varios años. Acentuará este nuevo paradigma, la incidencia notoria del llamado “cambio climático”.

El hecho de la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos, rotas desde 1961 y el acercamiento de la terminación del bloqueo económico a la isla, aún con la oposición que despertó en ciertos sectores de derecha, representa un buen precedente de la ampliación del concepto de democracia, que muestra como los conflictos seguirán resolviéndose preferiblemente con los mecanismos diplomáticos, sin que naciones que eligen popularmente sus gobernantes, sean aisladas por diferencias políticas con países poderosos.

Algo preocupante y peligroso para la estabilidad del mundo, que tiene combustible para seguir siéndolo por bastante tiempo, es lo que ocurre en el Medio Oriente. Se trata de una región del planeta, agobiada por la existencia y consolidación de organizaciones terroristas extremas, producto de largo plazo, del maltrato, los repartos injustos y el saqueo colonialista, con que fueron tratadas, estas naciones, luego del desaparecimiento del antiguo imperio turco otomano. Lo más probable es que esta situación se mantenga y tienda a agravarse con los conflictos religiosos y territoriales de la región, sobre todo, entre las facciones sunitas y chiítas.

Es evidente que estos eventos globales nos afectarán a todos, pero, por ahora, lo importante es que confiemos en que tendremos un buen año 2015.

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