Cuando las armas son un objeto trivial

Pedro Luis Zambrano

El porte y uso de las armas contundentes, como las de fuego, deben ser restringidos a quienes las porten y usen con un total sentido de la responsabilidad. Esta idea se refuerza con cada accidente, como el hecho lamentable ocurrido en Hayden estado de Idaho de los Estados Unidos.

Los Estados Unidos y enfáticamente los del oeste de la nueva gran nación, se formaron en medio de la violencia de tierra arrasada y pistolera, que condujo al exterminio de los nativos de las praderas, los bisontes y las especies animales, que con todos los derechos habitaban estos territorios. Este genocidio indiscriminado, nunca recibió la respuesta adecuada en justicia y es presumible que tenga que ver en el relax, con que por esas latitudes se entregan armas de fuego a los ciudadanos.

La noticia se concreta en el hecho de que un bebé de dos años que era movilizado en un carrito de compras, junto con el bolso de la madre, pudo tomar la pistola de esta, y mover sus pequeños dedos, de modo que produjeran el disparo que impactó a su mamá, terminando en el acto con su vida.

Hay que tener en cuenta que hechos de este tipo, ocurren reiteradamente en ese país y en otros de distintas latitudes.

Esta circunstancia motiva varias preguntas que las autoridades se deben contestar ¿Habrá responsabilidad en una persona que deja una pistola cargada, de modo que un bebé la pueda accionar, con solo tocarla y moverla con sus manos? ¿Esta persona habría sido preparada suficientemente, para portar un arma letal, en condiciones de responder por lo que pase con ella? ¿Será válido que cualquier ciudadano pueda portar armas de fuego sin restricciones?

Preguntas de esta clase se las deben formular y contestar, no solo las autoridades de ese país, sino las de otras naciones, como nuestra patria, en donde nos gusta mucho parecernos a los demás, sobre todo, si se trata del gigante del norte. Observemos que el señor precandidato presidencial Jeb Bush, descendiente del clan de expresidentes promotores de varias guerras, quien impulsó en Florida la ley del “Dispara primero y pregunta después”, está ya buscando la presidencia de ese país.

Vale la pena cerrar con la frase de Martin Luther King: “Una nación que gaste más dinero en armamento militar que en programas sociales, se acerca a la muerte espiritual”.

Comentarios