Las dignidades dicen “Presente”

Pedro Luis Zambrano

Se cumplieron dos años de aquel paro agrario que el presidente trató de ignorar “El tal Paro Agrario no existe”, pero muy pronto debió arrepentirse de tan ligera afirmación y aprestarse a entrar en un proceso de conversaciones, en mesas temáticas que dejaron diversos compromisos. Muchos de esos acuerdos fueron incumplidos luego por el Gobierno, que no estaba preparado para sortearlos, porque comprometían recursos del presupuesto público, pero sobre todo, una fuerte gestión y voluntad de las instituciones del sector, elementos que no estaban a la mano.

Han pasado dos calendarios y las protestas amenazan con reactivarse, porque la situación sigue siendo muy parecida a la ocurrida entonces, altos volúmenes de contrabando de países con fuertes subsidios, los precios de los insumos importados por las nubes con la revalorización del dólar, muchas regiones productoras incomunicadas o con costos de transporte inmanejables, limitadas oportunidades de educación para los jóvenes y toda una serie de deficiencias acumuladas durante muchos años de trato desdeñoso, para una actividad que ha estado presente en la historia de la nación.

Estos indignados no son los integrantes de un subsector productivo, es prácticamente todo el agro: cafeteros, arroceros, paperos, fruteros, lecheros y paneleros, entre otros. También está comprometida en este sentimiento la mayor parte de la geografía del país, la zona cafetera, las planicies arroceras, las áreas paperas, el departamento del Cauca y el Caquetá, para solo citar algunas, son grandes regiones contagiadas del desánimo y deseosas de reclamar con ahínco, la atención de un Estado que les ha sido ausente.

Las dignidades del agro no son un movimiento sin causa, son empresarios, pequeños agricultores, indígenas, ajenos a la política partidista, que cansados de soportar desatención, optaron por una lucha reivindicativa. Hoy, como resultado de los incumplimientos de parte de los acuerdos celebrados en las conversaciones, están de nuevo escalando su indisposición con el Gobierno. Es necesario que ahora, como un caso de interés nacional, se preste atencióna la agricultura colombiana, puesto que, varias de sus peticiones, más que ingentes cantidades de recursos, requieren del compromiso y la gestión eficiente de las instituciones, como ocurre, por ejemplo, con el control del contrabando.

Volver la atención a la agricultura es un imperativo, más temprano que tarde, sus productos recobrarán la importancia que realmente tienen, porque es una actividad que genera riqueza y empleo, necesarios en la etapa de conmoción económica actual.

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