No hace mucho tiempo, si se tiene en cuenta que no ha pasado un siglo, desde la ocurrencia de la oleada colonialista que europeos y estadounidenses le impusieron al África y a los países del Medio Oriente a partir de la terminación de la primera guerra mundial y el rompimiento del imperio turco otomano que los mantuvo por siglos bajo su dominación. Ante la certeza de que en esta parte del mundo existían riquezas mineras para el caso del África y abundantes depósitos del combustible que en el futuro movería el mundo, es decir, petróleo para el caso del Medio Oriente, las potencias europeas y la nación norteamericana, por entonces nuevo centro de poder mundial, no lo dudaron, sino que sometieron a todos estos países a una explotación prolongada de sus recursos, bajo condiciones de saqueo y extremo sojuzgamiento a los ciudadanos de estas regiones.
No se puede olvidar otro hecho lamentable que conoció el mundo dentro de ese proceso histórico, es que tanto el África como el Medio Oriente, fueron sometidos a una división política que en nada respetó las culturas ni las tradiciones de los pueblos sometidos al nuevo orden, sino que obedeció a los intereses de los dominadores.
De este modo absurdo y en pleno siglo XX, una gran parte del mundo fue sometida a un ominoso régimen de colonialismo, mientras que grandes conglomerados ingleses, franceses, holandeses, alemanes y norteamericanos, acrecentaron sus arcas con los productos arrancados de sus colonias y se autodenominaron el mundo desarrollado.
Cuando tuvieron que salir de los países dominados, estas potencias lo hicieron, no sin antes dejar en muchos de estos países erigidos arbitrariamente, dictaduras armadas hasta los dientes, que se impusieron a sangre y fuego, pero, era que su explosión en sangrientos conflictos, sería cosa de un tiempo, porque no tardaron en manifestarse las guerras producto de su caprichosa organización territorial y política.
Hoy el mundo ve estupefacto, como estas contiendas están produciendo las más dolorosas matanzas y miles de familias-con centenares de niños-, que se atreven a cruzar el mediterráneo en busca de refugio. Así las cosas, hay que tener en cuenta que no hay ninguna bondad especial el hecho de que los ingleses, franceses, alemanes, holandeses, austriacos, entre otros, estén recibiendo estos inmigrantes, solamente pagan la cuota inicial, de su deuda histórica a la cual sorprendentemente y sistemáticamente, han sido ajenos.
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