El cierre del año

Pedro Luis Zambrano

En las vecindades del fin de año y el ingreso al siguiente calendario, muchos espontánea u obligadamente, hacen sus cálculos de cómo cierran las arcas de sus anhelos, y el nivel de llenado que tienen sus canastas de ilusiones. Se hacen promesas, sobre lo que se hará y dejará de hacer en el año que viene. Pero, en un país, en el que la minoría tiene el privilegio de una vida asegurada, por pertenecer al club de distinguidos, que ocupan trabajos públicos o privados estables, que tienen patrimonios importantes o pensiones que les garantizan una vida sin sobresaltos, al grueso de la población, nos tiene que interesar en mayor o menor grado, el estado de cosas al cierre de cada calendario, para afrontar las luchas del que viene, y ver satisfechos los anhelos personales y familiares.

Hay noticias que transmiten esperanza, porque, sabiendo que no pocos países vecinos, están creciendo como el cangrejo, para Colombia, el jefe de estado, los ministros, voceros de gobierno y de algunas agremiaciones, auguran una economía creciente, aunque en declive, frente a los años anteriores, para 2016. Se está viendo, que se construyen con frenesí, varias autopistas y vías de acceso entre regiones, que el territorio debió tener desde hace más de una década. Se anuncian, entre otras cosas, algunas ampliaciones en las oportunidades de educación básica y superior, para gentes que antes no las tuvieron, al estar excluidas por las barreras de ingreso, que este medio le ha puesto a los pobres.

Por otro lado, es inminente conclusión de los diálogos de paz con las Farc y el acuerdo final está más cerca que nunca, y se insinúa una situación similar con el ELN, para liberar a los colombianos de estos factores de miedo. Hechos como estos, abrirán las puertas para desarrollar sus economías a muchas regiones que las tuvieron cerradas y evitarán las consabidas pérdidas de vidas, daños en el ambiente e infraestructuras económicas de la nación.

Eso sí, los interrogantes y las dificultades para el siguiente y los próximos años, están latentes. El peso colombiano sigue desvalorizándose, las rentas anuales del país están caídas en cerca de 20 billones de pesos, por uno solo de los problemas, los bajos precios del petróleo. La industria y el sector agropecuario aún no muestran su recuperación y la inflación y el temible desempleo, están tomando un rumbo ascendente. Estos elementos si nos deben preocupar a todos.

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