Un nuevo Sena para un nuevo país

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El Sena es una de las entidades técnicas de mayor arraigo democrático en el país, lo cual ha incidido a mi manera de ver en una continuidad de políticas macroeconómicas y en sus buenos resultados de la última década.

Las cifras estadísticas que muestran el buen desempeño del Sena en todos los aspectos, en los últimos cuatro años, son incuestionables. Pero nadie puede negar que el Sena actual es fiel heredero del esfuerzo de Rodolfo Martínez Tono, y del Decreto - Ley 118, del 21 de junio de 1957. Desde entonces, y hasta el sol de hoy, la entidad ha brindado formación a millones de aprendicese instrucción técnica acelerada para empleadores y trabajadores, en un sistema gratuito de aprendizaje.

A pesar de sus posibles errores, todos los directores del Sena y sus administraciones nos han dejado un legado irremplazable, para que esta entidad haya mantenido hasta la fecha un incuestionable reconocimiento del pueblo colombiano. Pero si se analiza el desempeño de la última década, a partir de la reforma efectuada por el decreto 249 de 2004, lo más importante para resaltar es la continuidad de políticas y el complemento en estilos gerenciales de cada uno de los cuatro directores del periodo.

En 2004 se empezó un proceso difícil de aumento de cobertura sin precedentes, en un ciclo de seis años. Varias voces del Consejo Directivo dejaron constancias entonces de la importancia de iniciar un nuevo ciclo de aseguramiento de la calidad. De alguna manera esta inquietud fue respondida por el Gobierno Santos con el nombramiento de un director experto en desarrollo de entidades educativas, como el padre Camilo Hadad. La siguiente administración, de Luis Alfonso Hoyos, hizo un buen esfuerzo por asegurar la calidad y la administración de Gina Parody, cuyas políticas continúan aún, en manos de su director de Planeación y actual director (e), Arturo Fernando Rojas, ha estado encargada de implementar estos objetivos y de asumir el reto de dar foco a un nuevo ciclo de desarrollo.

A la administración Parody, acompañada de una nueva cepa de ejecutivos jóvenes con gran proyección futura, le correspondió un periodo supremamente complejo de redireccionar el funcionamiento de los programas para trabajadores activos que antes dependían de recursos Ley 344, que se marchitaron tras la reforma tributaria de 2012, que afectó fuertemente la parafiscalidad.

Fernando Rojas tiene claro el norte institucional y está impulsando tres macroprogramas de apoyo a la competitividad de trabajadores y empresarios, que empiezan a ejecutarse desde este segundo semestre de 2014: el Programa de Formación Continua Especializada; el Programa de Educación Dual, que sigue el exitoso modelo alemán del Bibb; y el Programa para el Reentrenamiento, Laboral y la Formacióna lo largo de la Vida, impulsado con la indiscutible capacidad técnica y la visión de país del expresidente del Consejo Directivo Nacional del Sena, el ministro Rafael Pardo Rueda.

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